Una de las ciudades más atractivas en los alrededores de Tokio es Kamakura. Y además resulta muy sencillo y rápido llegar a ella, por lo que es una excursión perfecta para alejarse durante un día del ajetreo de la capital japonesa. Hay tanto que ver en Kamakura que merece la pena dedicar a esta bonita ciudad una jornada completa. Yo tengo gratos recuerdos de mi paso por ella y sin duda os recomiendo incluirla en vuestro itinerario de viaje a Japón.
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Que ver en Kamakura
Kamakura, la ciudad que fue capital de Japón entre los años 1185 y 1333, está llena de templos y santuarios. Para muchos visto uno, vistos todos. Nosotros conocimos varios de ellos y en cada uno encontramos algo especial que creo le hace merecedor de una visita. Hicimos una ruta circular partiendo de la estación de Kita-Kamakura y regresando al final del día al mismo punto. Puede que nuestro recorrido por la ciudad sea agotador para algunos y otros consideren que no necesitan visitar tantos lugares. Dedicamos a esta ruta que os voy a contar todo el día pero la hicimos con calma, visitando cada lugar que ver en Kamakura con calma. Creo que es apta para casi cualquier viajero, sobre todo para los que gustan de disfrutar con calma de los lugares por los que pasan.
Algunos de los templos y santuarios que visitamos me parecen de visita obligada. Otros podrían ser prescindibles. Y algunos sencillamente son curiosos. Aún así, cada uno debe juzgar por si mismo. Lo que para mi es excepcional puede que para vosotros no lo sea tanto, pero si no vas, nunca lo sabrás.
Templo Engaku-ji
El primero de los templos que visitamos en Kamakura fue el Engaku-ji. Es uno de los cinco templos zen principales de esta ciudad. Se encuentra escondido entre altos árboles y llegamos a él en un breve paseo desde el apeadero de la pequeña estación de Kita-Kamakura.
Fundado en el siglo XIII, el acceso al templo es espectacular. Una larga escalinata rodeada de altos cedros lleva al interior del recinto pasando pajo la puerta Sanmon, la única construcción que recuerda el esplendor que este templo tuvo en el pasado. Una vez dentro del templo se pueden ver diferentes construcciones repartidas junto a estanques, bajo los árboles o tras pequeñas puertas. Entre todo ello hay que buscar la campana del templo que es Tesoro Nacional.
La entrada a este templo es de pago. Nosotros no tuvimos que pagarla pues ese día había un evento en el interior del templo y nadie parecía interesado en cobrarnos la entrada.
Templo Kenchó-ji
Este templo a 15 minutos a pie del anterior es el más importante de los templos zen que ver en Kamakura. Es tan tranquilo como Engaku-ji y sus distintos edificios se reparten por el extenso recinto rodeado de vegetación. Aquí también nos recibió una impresionante puerta tras la que encontramos un buen número de edificios de madera que conforman el conjunto del templo.
No hay que perderse en este templo el jardín zen ni la preciosa puerta en el muro que le rodea. Si todo el recinto transmite tranquilidad, aquí esa sensación se multiplica. La cuidada pradera, el estanque y el trino de los pájaros hacen que uno se sienta más lejos que nunca del Japón más moderno.
Al igual que casi todos los templos que ver en Kamakura, el acceso a éste es de pago.
Tsurugaoka Hachimangu
Continuando el paseo hacia el centro de Kamakura y dejando atrás otros templos que no visitamos, llegamos al santuario principal de la ciudad. Aquí, para empezar, no se paga entrada. Y para continuar, hay que decir adiós a la tranquilidad de los templos y disfrutar de este animado lugar. Y es que los santuarios en Japón son lugares mucho más vivos y habitualmente más visitados que los templos. No en vano, los santuarios sintoistas están ligados a la vida y los acontecimientos que tienen lugar en ella, ya sea un matrimonio o un nacimiento.
Son muchos los elementos singulares que podemos encontrar en este santuario, todos ellos comunes con otros muchos santuarios de Japón. Desde los torii, esas inmensas puertas que sirven de entrada al recinto, a los barriles de sake que se dejan allí como ofrendas o la campana con la que se saluda a los dioses antes de hacer las peticiones a los dioses.
Merece la pena dar un paseo por los jardines de este santuario que ver en Kamakura. Estanques con lotos, puentes y preciosas zonas arboladas le convierte en un lugar imprescindible que visitar en esta ciudad japonesa. Si como nosotros llegáis al Tsurugaoka Hachimangu desde Kita-Kamakura tendréis que bajar la gran escalera que comunica el edificio principal del santuario con la zona baja en la que están los jardines. No olvidéis giraros para contemplar el conjunto del edificio con la escalinata que lo precede. Una de las imágenes más bonitas de Kamakura.
Avenida Wakamiya
Justo a la salida del recinto de Tsurugaoka Hachimangu se encuentra esta amplia y animada avenida. Es un buen lugar para olvidarse durante un rato de tanto templo y acercarse a la vida cotidiana de la ciudad. Durante el paseo se pueden ver restaurantes así como tiendas de artesanía y recuerdos. Estas últimas no son baratas, pero es cierto que venden objetos bonitos y de calidad y los restaurantes pueden ser un buen lugar para hacer una parada en el camino.
Desde esta avenida es sencillo caminar hasta la estación de tren de Kamakura. Nosotros llegamos hasta allí para subir al autobús que nos llevaría hasta los siguientes lugares que ver en Kamakura. Lo mejor para tener claro que no te equivocas de transporte es acercarse a la Oficina de Turismo que hay en la misma plaza. Ellos te indicarán sin problema a que autobús debes subir.
Templo Kótoku-in
El autobús nos dejó (tras indicar varias veces al conductor cual era nuestro destino) a pocos metros de este templo. Uno de los más visitados en la ciudad. La razón de ser tan popular es que en su recinto se encuentra la imponente estatua de Buda. Con sus casi 14 metros de altura es el segundo Buda sentado más grande de Japón. Tan solo le supera en dimensiones el Gran Buda del templo Todai-ji, uno de lugares imprescindibles que ver en Nara.
A pesar de su altura y como el templo está rodeado de un alto muro, es imposible ver la estatua si no se paga la entrada para acceder al templo. La verdad es que merece la pena entrar para verlo, pues se trata de una bella escultura que transmite una gran serenidad y cuya belleza aumenta gracias a la naturaleza que le rodea. Su interior es hueco y pagando una pequeña entrada se puede acceder “a las tripas” del Buda para verlo desde otra perspectiva.
Otra de las cosas curiosas que ver en Kamakura son las grandes sandalias que cuelgan en la pared de uno de los edificios del templo. Son del tamaño que necesitaría este Buda si se tuviera que calzar.
Templo Hase-dera
Este templo, uno de los más bonitos de Kamakura, se encuentra a tan solo 10 minutos del templo del Gran Buda. El acceso también es de pago, pero creo que es uno de lugares que no se deben dejar de visitar en esta ciudad. En este templo también se puede ver una de las estatuas más grandes de Japón, en este caso de la diosa Kannon.
No es sin embargo esa estatua lo más destacado de este templo. Aquí la protagonista es la naturaleza. Los jardines, las lámparas de piedra y los riachuelos hacen este templo un lugar muy especial. Al igual que las estaturas jinzo, esas figuras que colocan los padres en el templo en memoria de su hijos no natos. Hay infinidad de ellas, y si tenemos en cuenta que cada una permanece aquí tan solo un año, haciendo cuentas se llega al resultado de que por el Hase-dera han debido pasar unas 50.000 figuras jinzo que los padres cuidan y atienden como si fueran esos pequeños que nunca llegaron a su brazos.
Al finalizar la visita al templo merece la pena sentarse una rato en el mirador sobre la bahía de Kamakura. Las vistas son preciosas y es un buen lugar para comprar un refresco o un café en alguna de las muchas máquinas allí instaladas.
Ruta del Daibutsu
Si tenéis tiempo y ganas de conocer algo más de Kamakura, una buena idea es hacer como nosotros y recorrer los tres kilómetros de la ruta del Daibutsu. No es una ruta complicada, aunque la primera parte es colina arriba, todo esta señalizado y es casi imposible perderse por ese bosque en el que fuimos encontrando pequeños templos y santuarios acá y allá.
Uno de ellos, el más singular, es el santuario Zeniarai-benten. Se accede a su interior por una grieta en la roca. Allí hay un claro que aloja el santuario y un manantial al que los japoneses acuden para lavar el dinero con el fin de conseguir éxito económico.
Nosotros tardamos hora y media en hacer la ruta. Fuimos tranquilos y parando a hacer fotos o visitar los edificios que se cruzaban en nuestro camino. Resultó agradable aunque en un momento dado casi nos perdemos pues no conseguíamos ver la indicación que marcaba el camino hacia Kita-Kamakura, la estación en la que comenzamos nuestra visita a Kamakura y en la que también finalizamos nuestro paseo por esta ciudad.
Cómo llegar a Kamakura
A la hora de emprender viaje desde Tokio a Kamakura debéis valorar si os interesa tener ya activo o no el Japan Rail Pass, esa tarjeta de transporte para extranjeros que permite viajar en tren y otros medios de transporte por todo el país.
Nosotros, teniendo en cuenta nuestro itinerario por Japón, decidimos no activarlo hasta días más tarde y pagar el billete de tren a Kamakura. Haciendo cuentas nos interesaba hacerlo de ese modo y activar nuestro pase para los viajes durante las dos últimas semanas de nuestro viaje.
Tengas o no activo el JR Pass, la mejor manera de llegar a Kamakura desde la capital japonesa es en tren. Dependiendo de donde estés alojado en Tokio te puede interesar más ir hasta la estación de Tokio o a la estación de Shinagawa. Desde la primera el trayecto dura algo menos de una hora y desde la segunda unos 40 minutos. Desde ambas estaciones puede ir directo hasta Kita-Kamakura o Kamakura.
6 comentarios
Muy interesante. Por desgracia no tuvimos tiempo de tiempo de visitar ni Kamakura ni los Alpes Japoneses, durante nuestro viaje al Japón. Estos grandes Budas me parecen espectaculares. Sin embargo, me gustan más estos templos recoletos, con sus jardines y casas de te. Me da comno una sensación de paz y tranquilidad tremenda. La verdad es que no recordaba que la ciudada había sido también capital de Japón. No me extraña que tenga tantos templo.
Kamakura es una delicia de ciudad, tiene rincones y actividades para todos los gustos, y lo mejor es lo sencillo que resulta llegar a ella desde Tokio.
Hola Cris,
Supongo que lo de los templos en Japón es como la infinidad de iglesias que encontramos por Europa. Pero yo como tu me haría la ruta igual para poder luego elegir cuáles son mis favoritos, además cada uno tiene su algo especial.
Tengo muchas ganas de conocer Japón, nuestra idea sería hacerlo en transporte público así que entiendo que la Japan Rail Pass sería la mejor opción ¿verdad?.
Qué relax de paseo me ha dado leerte 🙂
Un abrazo.
Pues templos y santuarios están repartidos por todo el país, y si he conseguido transmitir la sensación de relax que yo tenía en ellos ¡¡prueba superada!!
Cuando fuimos a Japón habríamos querido visitar Kamakura pero era nuestro primer viaje y tuvimos que descartarlo en favor de Miyajima. 😔 La próxima vez que vayamos a Japón visitaremos Kamakura seguro, porque nos ha encantado este paseo virtual por sus templos, especialmente el de Kótoku-in con ese Buda guganteso. 😮
Saludos.
Yo por suerte pude visitar ambos lugares, aunque para quien se decida a visitar Miyajima a partir de junio de 2019 que sepa que el torii estará en restauración…