Viajar… y no pensar en más

por Cristina Monsalvo
Viajar

Amanece un nuevo día. Abres los ojos y escuchas sonidos que no son los habituales de cada mañana. No reconoces esa cama en la que estás tumbado ni el espacio que te rodea. Te acercas a la ventana y lo que hay ante ti es un lugar que nunca has visto. Sonríes y piensas “aquí empieza una nueva historia”.

Y es que que cuando viajas, cada día te ofrece infinidad de momentos especiales. Olores y sabores nuevos te están esperando para sorprenderte.Por no hablar de esas calles llenas de rincones que nunca has visto. Mercados que te invitarán a perderte entre sus puestos de frutas, monumentos únicos, gente nueva… Todo ello está a tu alrededor listo para ser vivido, descubierto, exprimido. Ese conjunto de cosas nuevas será cada día parte de un nuevo capítulo viajero. Solo depende de cada uno hacer que sea intenso y divertido. O dejar que pase sin pena ni gloria.

Viajar es estar dispuesto a aprender, compartir y explorar. Es estar preparado para dejarse sorprender. Para perderse y buscar con calma el camino correcto. Viajar es muchas cosas, cada uno lo definirá de un modo. Pero lo que está claro es que quien emprende un nuevo periplo debe hacerlo con entusiasmo e ilusión. Ambas cosas compañeras de viaje que se deben meter con mimo en cada maleta o mochila. No hay que olvidar en casa tampoco la curiosidad y el respeto. Ambos nos abrirán no sólo los ojos, si no también muchas puertas. Y en cualquier hueco del equipaje hay que colocar también una dosis extra de energía porque seguro que en algún momento tenemos que recurrir a ella.

Viajar no es volver a casa con miles de fotos que muchas veces ni recordarás donde las has hecho. Es sentarse y esperar a que ese momento especial se cruce ante tus ojos. Viajar con prisas es pasar por muchos sitios y recordar pocas cosas de cada uno. Montones de viajes en tren no convierten a uno en mejor viajero si no has sido capaz de bajarte del tren para oler esas flores que crecen junto al andén de alguna estación o jugar con ese niño que saluda entusiasmado desde un banco.

Así que si lo que te gusta es viajar, ya sabes. Disfruta del amanecer igual que de la puesta de sol y deja que lo que ocurre entre un momento y otro sea algo tan especial que te parezca mentira haber sido tú el protagonista de ese día único en la historia. Porque jamás nadie lo vivirá ni sentirá del mismo modo que tú. Por eso cada viaje es único, igual que lo es cada viajero.

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10 comentarios

Mar Vara 16/12/2017 - 12:12 AM

Me encantan esas reflexiones que has hecho sobre lo que es viajar. Coincido en todo lo que dices. A mi me gusta paladear cada instante de mis viajes, porque es verdad que cada uno de ellos es único y me gusta retenerlos y disfrutarlos todo lo que pueda.
¡Un abrazo!

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Cristina 16/12/2017 - 9:31 AM

Poco a poco voy descubriendo que nos parecemos mucho más de lo que yo hubiera creído. 😉

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Miriam 16/12/2017 - 11:19 AM

Totalmente de acuerdo, Cris. Aunque para mí viajar también es descubrir partes de mí misma que no conocía y tener el tiempo para darles su lugar :). ¡Un abrazo!

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Cristina 16/12/2017 - 11:00 PM

Llevas toda la razón. Viajar nos enseña mucho de nosotros mismos, de nuestras limitaciones pero también de nuestras capacidades. Un abrazo.

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Netikerty 16/12/2017 - 11:28 PM

Que bonito post y que bien expresado lo que significa viajar. Te felicito y has hecho que me sienta muy identificada y ver qué no soy la única que lo siente así porque en mi entorno soy un poco “bicho raro”

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Cristina 17/12/2017 - 9:51 AM

Ojalá nos encontremos con más bichos raros viajeros 😉
Un abrazo

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Maruxaina Bóveda 17/12/2017 - 1:39 PM

¡Qué bonito Cris!Me ha gustado mucho y comparto tus reflexiones. Ese despertar sn saber dónde estás que has descrito me encanta.
Un besazo y que nos encontremos en algún viaje 😉

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Cristina 17/12/2017 - 2:52 PM

Gracias guapa. Un besazo

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jordi (milviatges) 24/12/2017 - 11:40 AM

Cada día es más difícil sorprenderse en los viajes, porque nos vamos de viaje con mucha información. Sin embargo, raro es que no nos llevemos alguna sorpresa en el destino. Algún aroma, alguna comida, algun sentimiento que se te despierta delante de una obra de arte o frente a una mirada. Hay que pararse a oler las flores, efectivamente.
Una reflexiones muy bonitas que comparto al 100%.

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Cristina 24/12/2017 - 6:15 PM

Qué sería de los viajes sin las flores del camino… ¡¡Feliz Navidad!!

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