5 lugares que no puedes perderte en el Algarve durante tu visita a Portugal

por Cristina Monsalvo

Portugal se está convirtiendo en los últimos años en uno de los destinos predilectos de muchos viajeros. El país lusitano ofrece una gran variedad de lugares en los que desconectar y, tal vez el más impresionante sea la costa del Algarve, con interesante lugares que ver en Lagos o Faro, las grandes ciudades de la región, así como pequeños pueblos repartidos junto a la costa y en el interior.

Conocido como la Costa Brava o la Côte d’Azur de Portugal, sus playas no dejan indiferente ni al viajero más experimentado. Si estás pensando en hacer un viaje organizado por la costa portuguesa aquí tienes 5 lugares que no puedes dejar de visitar.

Los acantilados de Ponta da Piedade

Los acantilados de piedra caliza del cabo de Ponta da Piedade, formados a lo largo del tiempo por el fuerte oleaje del invierno, esconden un sinfín de cuevas y arcos de piedra paisajísticamente impresionantes. El acceso al recinto es de lo más sencillo pues se han habilitado caminos con indicaciones y barandillas.

Para los más aventureros, existen servicios de kayak o paddle board con monitores que les guiarán en el interior de las cuevas. Estas formaciones, son sin duda una de las paradas que no puedes dejar de hacer en tu viaje a Portugal.

La cueva de Benagil

Cuando piensas en el Algarve, probablemente la primera imagen que aparece en tu cabeza es la de la cueva de bengali con su apertura espectacular hacía cielo. Situada junto a Praia de Benagil, entre Portimao, Albufeira y Lagoa, tiene la peculiaridad de que sólo es accesible por vía marítima.

La forma más sencilla de visitarla es realizar un viaje en barco previamente organizado. Una de las ventajas de estos tours es que no se limitarán a explorar la cueva de Benagil sino que el guía te hará descubrir además otras cuevas más pequeñas mucho más íntimas.

La Iglesia de São Lourenço en Loulé

Aquellos que disfruten del patrimonio histórico y arquitectural deben visitar esta magnífica iglesia de estilo barroco de finales del siglo XVIII. Es una construcción curiosa ya que desde el exterior aparenta ser una ermita normal pero sin duda es uno de los lugares que ver en el Algarve.

Sin embargo, una vez entres en su interior el techo, los arcos y la cúpula cubiertas de azulejos azules pintados a manos te dejarán sin aliento. Se trata de cerámica tradicional portuguesa de 1730. El artista Policarpo de Oliveira Bernades fue el responsable de crear las decoraciones del templo.

La isla de Tavira

Situada al sur de la ciudad de Tavira se encuentra la Ilha de Tavira que con su forma estrecha y alargada cuenta con playas vírgenes de más de 10 kilómetros. Una de las ventajas de la isla es que es accesible por vía terrestre gracias al puente de Santa Luzia, que cuenta además con una vía de tren operativa durante la temporada alta.

La fauna y flora de la isla está protegida lo que ha permitido conservar su aspecto natural a lo largo de los años, podrás pasear por sus dunas y bañarte en sus aguas turquesas tras disfrutar de un plato típico costeño en alguno de los chiringuitos tradicionales regentados por familias de la zona.

El pequeño pueblo de Alcoutim

Pocos viajeros se toman la molestia de explorar el interior del Algarve, de forma que, muchos turistas se pierden perlas escondidas como la localidad de Alcoutim. Situada 40 kilómetros al norte de Vila Real es un diamante desconocido.

Construido al borde del río de Guadiana unas idílicas casas blancas con tejados de teja naranja te darán la bienvenida. Es un entorno tranquilo pero con mucha historia. Durante siglos fue un puerto fluvial controlado sucesivamente por griegos, romanos y árabes, lo que se puede apreciar en su arquitectura.

¡Si estás buscando desconectar disfrutando de unas vacaciones inolvidables en Portugal, el Algarve es un destino que no puedes pasar de largo!

Autora del post: Lía Rodríguez

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