Brujas, una ciudad de cuento

por Cristina Monsalvo

Además de visitar Bruselas en los tres días que pasamos en Bélgica queríamos visitar al menos otra ciudad. Al ser invierno, concretamente diciembre, los días era muy cortos por lo que el día no daba para mucho, no habría tiempo para hacer parada en Gante y Brujas, así que había que decidirse por una, y como yo ya conocía ambas decidí que la que prefería recorrer con Arturo sería Brujas.
Tan solo una hora en tren separa la capital belga de esta preciosa ciudad, de modo que el segundo de nuestros días en Bélgica salimos de nuestro hotel tras un suculento desayuno para caminar hasta la cercana estación del Norte, desde la que saldría el tren que nos llevaría a nuestro destino.

Cuando llegamos a la estación de tren de Brujas nos llamaron la atención la cantidad de bicicletas que había allí aparcadas, y es que a pesar del frío, estos belgas no dejan de moverse en bici.

Comenzamos nuestro paseo hacia el cercano centro de la ciudad. Bellos edificios de ladrillo reflejando su silueta en lagos, cisnes, parques, iglesias, canales… Brujas es una ciudad para caminar sin rumbo, no importa mucho hacia donde uno se dirija pues siempre encontrará en su camino algo que merezca la pena ser visto. Sin duda hay lugares por lo que hay que pasar, pero es casi seguro que se elija la ruta que se elija, se terminará en ellos, y por el camino, ¿por qué no dejarse sorprender por la belleza de cualquier rincón de esta ciudad belga que parece sacada de un cuento?

Brujas, Bélgica

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Cruzando puentes sobre canales y calles empedradas llegamos a lugares como la iglesia de Nuestra Señora, en cuyo interior se esconde uno de los tesoros del país: Virgen y Niño de Miguel Ángel.

Virgen y Niño de Miguel Ángel, Brujas, Bélgica

Dos son las plazas más importantes de la ciudad: Markt y Burg. En la primera, la que es la Plaza del Mercado, destacan sus edificios gremiales de colores con gabletes escalonados; en uno de su lados la torre campanario, Belfort, desde la que se obtienen magníficas vistas de la ciudad. En esta ocasión no subimos pero puedo decir que merece la pena tras haber subido en mi primer viaje a Bélgica.

Brujas, Bruselas

La otra plaza que ciudad, Burg, es probablemente la más importante, ya que en ella se encuentran dos de los edificios más significativos de Brujas: el Ayuntamiento y la Basílica de la Santa Sangre, en la que se guarda una reliquia con sangre de Cristo.

Brujas, Bélgica

Durante nuestro paseo recorrimos el casco antiguo de la ciudad en todas direcciones descubriendo rincones de ensueño que dan a esta ciudad una fama merecida de ser una de las ciudades más bellas de Europa.

Brujas, Bélgica

Nosotros llegamos más allá incluso del casco antiguo y descubrimos algo interesantes: los molinos no son solamente cosa de Holanda, en Brujas los hay y bien bonitos.

Brujas, Molinos

Al ser diciembre el sol baja muy rápido y antes de darse uno cuenta, a horas que a los españoles nos parecen tempranas, empieza a anochecer y es sobre entonces cuando Brujas embruja. Nosotros pasamos el final de tarde paseando por la calles con ambiente navideño de esta pequeña ciudad hasta encontrar un local donde tomar una merienda caliente y pasar las últimas horas en Brujas antes de partir hacia Bruselas para pasar nuestra última noche en el país.

 

 

 

 

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2 comentarios

Pablo Entralgo 25/05/2016 - 12:36 PM

Hola Kris, yo estuve en Brujas hace un par de años y me encantó. la verdad es que tengo que hacer otro viaje a Bélgica porque solo conozco bien esta ciudad y un poco de Bruselas. Me encanta tu blog! Un saludo!

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Cristina 25/05/2016 - 12:56 PM

Gracias Pablo por tu comentario. Para otras escapadas ten en cuenta Gante, otra de esas bellas ciudades que hay el Bélgica, pero también la región de Valonia, llena de pequeño lugares encantadores. Ah, y genial que te guste mi blog, espero verte más por aquí. Un saludo.

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