Castillo Roncolo: la mayor colección de frescos profanos de Europa

por Cristina Monsalvo
Castillo Roncolo

El Castillo Roncolo (Schloss Runkelstein en alemán) es uno de los lugares que no hay que dejar de visitar en el Sur del Tirol. Ubicado muy cerca de Bolzano, los frescos que decoran sus paredes son un fantástico testimonio de la vida cortesana medieval.

Nosotros incluimos este castillo en nuestra ruta por los mercados de Navidad más bonitos de Italia. No teníamos en mente visitarlo, pero nos alegramos mucho de habernos acercado finalmente hasta él. Realmente creo que merece mucho la pena conocerlo.

Castillo Roncolo

Cómo llegar al Castillo Roncolo

Este castillo, joya del arte en el Tirol italiano, se encuentra a tan solo 3 kilómetros de Bolzano. Hacer el trayecto en coche es cosa de 10 minutos. Solamente hay que tener en cuenta que el estacionamiento gratuito es pequeño y no debe tener capacidad para más de 15 coches. Desde el aparcamiento, hay que subir por el empinado camino que se encuentra solamente unos metros a la izquierda del parking y que lleva hasta la puerta del Castillo Roncolo.

También se puede ir caminando sin problema desde el centro de Bolzano por el Lungotalvera, un sendero peatonal que también utilizan las bicicletas. La ruta es sencilla y en menos de 40 minutos se llega al destino. Además se puede hacer una parada para ver el Castello Sant’Antonio y disfrutar del maravilloso entorno.

Los que no tengan vehículo ni ganas de caminar, pueden recurrir a hacer el trayecto en autobús. La mejor opción es ir a Piazza Walther, uno de los lugares más atractivos que ver en Bolzano, y subir al autobús 12. Después de 11 paradas que se hacen en unos 10 minutos, el autobús para a tan solo 200 metros del castillo.

Por último, mencionar el autobús lanzadera que lleva desde Bolzano al castillo. Es gratuito y también parte de Piazza Walther. La frecuencia de este medio de transporte es menor que la del autobús público, pero tiene la ventaja, además de ser gratis, de que si algún visitante tiene algún problema de movilidad, puede llevarle hasta la puerta del castillo.

Horarios y precios

El precio de la entrada general al castillo es de 8 €. Existen precios especiales para familias y determinados colectivos. Se realizan visitas guiadas con un suplemento de 3 € por persona.

En cuanto a los horarios, el castillo cierra los lunes y las horas de apertura cambian de verano a invierno.

  • Del 2 de noviembre al 15 de marzo el horario es de 10:00 a 17:00 horas.
  • El resto del año el Castillo Roncolo abre de 10:00 a 18:00 horas.

Historia de Castillo Roncolo

La historia de este castillo italiano encaramado en una roca se remonta al siglo XIII. Desde su construcción pasó por diferentes manos, pero fueron los mercaderes Franz y Niklaus Vintler quienes a finales del siglo XIV lo restauraron y ampliaron. Nuevas habitaciones, un foso y una cisterna fueron algunos de los elementos que estos hermanos añadieron a la Castillo Roncolo. Sin olvidarnos de la llamada Casa de Verano que se decoró con esos frescos que hacen famoso hoy en día a este castillo tirolés.

Acababa de comenzar el siglo XV cuando tuvo lugar un batalla monetaria entre el Federico IV, el conde del Tirol y varias familias tirolesas nobles y ricas. Aquel conflicto salpicó a los Vintler. Niklaus quedó arruinado. Franz se había aliado con el duque de Austria y consiguió mantener el castillo en propiedad.

Castillo Roncolo

Segismundo, archiduque de Austria, adquirió el castillo y Maximiliano I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, lo renovó, encargando también la restauración de unos frescos que con el tiempo iban perdiendo su colorido. Pasaron los años y el castillo fue de mano en mano hasta que en 1520, la pólvora almacenada en la torre explotó dañando seriamente diferentes partes de los muros exteriores, del palacio y de la entrada.

Castillo Roncolo

El Castillo Roncolo siguió en manos de los Habsburgo hasta 1530, momento en el que lo adquirió Sigmund von Brandis. Más tarde la propiedad fue del Príncipe Obispo de Trento y de los Condes de Lichtenstein-Kastelkorn. Pero no habían acabado los infortunios para el castillo, ya que en 1672 hubo un incendio y la zona oriental quedó seriamente dañada.

Ya en el siglo XIX, Runkelstein se convirtió en imán para los artistas románticos, quienes acudían hasta Bolzano atraídos por sus ruinas. Parecía que su estado no tenía vuelta atrás y los muros se seguían viniendo abajo. Hasta que Juan de Austria-Toscana lo compró y se lo regaló a emperador Francisco José. El castillo fue entonces restaurado y regalado a Bolzano. Un siglo más tarde, el Castillo Roncolo fue restaurado por última vez, recuperando sus frescos su antiguo esplendor.

Visita al castillo

El Castillo Roncolo no es una gran construcción. Sin embargo, ver su silueta recortada sobre el promontorio en el que fue construido, impresiona. Sus muros alineados sobre las rocas le hacen parecen inexpugnable. El único acceso sencillo, salvando el foso que le rodea, es por su puerta principal.

Castillo Roncolo

Tras ella se encuentran los distintos edificios que forman el castillo, todos ellos en torno a un patio.  En el edificio en el que están la recepción y venta de entradas, es por donde comienza la visita. Se trata del Palacio Oeste. Subiendo las escaleras se pasa por distintas estancias en las que por supuesto, los frescos son los protagonistas.

Las escenas cortesanas en los muros de este palacio son un magnífico escaparate de la moda medieval y de la vida diaria en la corte. Sin olvidarnos de los frescos en los que se representan los torneos que tenían lugar en aquellos tiempos.

El edificio al fondo del patio es la llamada Casa de Verano, la que mandaron construir los hermanos Vintler y en la que se pueden ver algunos de los frescos más llamativos del castillo, aquellos relacionados con motivos literarios. En las paredes de ese palacio se puede ver al Rey Arturo sentado en la famosa mesa redonda. O a Tristán, el enamorado de Isolda, luchando contra un dragón.

Por último y tras disfrutar con la colección de frescos profanos más importante de Europa, se pasa al edificio más restaurado del complejo, el Palacio Oriental. Sus salas han sido remodeladas y adaptadas como salas de exposiciones.

Durante nuestra visita había una dedicada a la caza, en la que se mezclaban fotografías de gran calidad con armas de distintas épocas y algunos animales disecados.

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