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Perú

Monasterio de Santa Catalina, la joya de Arequipa

por Cristina 02/08/2014
Monasterio de Santa Catalina Arequipa

Uno de los lugares que ver en Arequipa es sin duda el Monasterio de Santa Catalina. En una de sus calles coloniales cercana a la Plaza de Armas se encuentra este lugar del que yo jamás había oído hablar antes de comenzar a preparar mi viaje a Perú y que sin duda ha terminado siendo uno de los grandes descubrimientos de mi paso por el país andino.

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Japón

Transporte en Japón

por Cristina 25/07/2014
Transporte en Japón

Tras decidir que nos íbamos a Japón había que empezar a preparar un montón de cosas, desde vuelos a hoteles pasando por el transporte en Japón. Esto último era algo que temíamos complicado y que afortunadamente resultó mucho más sencillo de los hubiéramos podido imaginar.

A continuación os cuento todo lo relacionado con el transporte en Japón, desde como llegar hasta como desplazarse. Tomad buena nota porque con estos datos seguro que no tenéis pérdida.

Los vuelos

Dimos vueltas a si llegar y regresar desde Tokio o combinar la entrada desde la capital japonesa con la vuelta desde Osaka, pero finalmente viendo la diferencia de precio y que teníamos el JR pass para poder volver a Tokio decidimos que nuestros aeropuerto de sería siempre el de Narita. Compramos los vuelos en Edreams a un precio mucho más barato de lo que jamás hubiera imaginado: 600 euros i/v con Aeroflot haciendo una sola escala en Moscú tanto a la ida como a la vuelta. Y ese precio porque nos demoramos unas semanas, si hubiera comprado nada más encontrar las fecha que nos cuadraban el precio del vuelo no hubiera llegado a 500 euros.

Japan Rail Pass

Se trata de la tarjeta que da la posibilidad de viajar en casi todos los trenes de Japan Rail a lo largo y ancho del país. Solamente la pueden comprar extranjeros o japoneses no residentes en Japón y existen tres opciones: 7, 14 y 21 días. Sale bastante a cuenta su uso, sobre todo si se incluyen varios trayectos largos en trenes shinkansen (alta velocidad).
Hay que tener en cuenta que hay que comprarla fuera de Japón, ya que allí no se puede adquirir. Yo hice una búsqueda por la red y finalmente encontré una agencia de París que era la que tenía mejores precios (el precio en yenes es fijo, pero varía a la hora de comprar dependiendo como esté el cambio en ese momento) y además me la mandaban a casa en 24 horas.
Para saber cual de las tres tarjetas os conviene comprar, organizad primero el itinerario intentando que los traslados en tren queden lo más juntos posibles. Una vez que tengáis claro que trenes tendréis que coger, id a la página de JR y consultad los precios de cada trayecto. Y ya solamente hacer cuentas.
En cuanto al uso de la tarjeta es sencillo:

  • Se puede comprar hasta tres meses antes de activarla.
  • Una vez en Japón se puede activar en cualquier oficina de JR hasta 30 días antes de su primer uso. Es decir, te puede cuadrar activarla y si quieres incluso reservar asientos el 1 de julio, y que el primer trayecto que vayas a hacer sea el 30 del mismo mes. Este último día es cuando comienzan a contar los días de uso del pase.
  • Puedes reservar asientos para casi todos los trayectos. Si por cualquier razón luego cambias de opinión no hay problema. A favor de las reservas que llevas asiento garantizado.
  • Si quieres consultar de antemano opciones de trayectos y horarios puedes hacerlo en Hyperdia.

Recordad que el JR pass también es válido para otros medios de transporte en Japón, como algunos autobuses de Kioto, ciertas lineas de metro en Tokio o el ferry de Mijayima

Si quieres consultar la página en la que nosotros compramos nuestro Japan Rail Pass para el transporte en Japón, pincha aquí.

Metro y bus

En las ciudades más grandes, como Tokio, Osaka o Kioto, el metro es un medio rápido y cómodo de acceder a la mayoría de los lugares y no es tan complicado como podríamos pensar. En todas las estaciones hay grandes planos donde aparecen todas las lineas y estaciones en alfabeto latino. Además siempre se indica el precio de cada billete teniendo en cuenta estación de origen y de destino. Basta con introducir el importe para obtener el billete y poder entrar al metro por los torniquetes. Una vez dentro dependiendo de la estación puedes encontrar pasillos más o menos largos pero todo está siempre señalizado. Lo más complicado puede ser encontrar la salida correcta al llegar al destino ya que algunas veces puede haber distancias de cientos de metros entre una y otra. Pero preguntando seguro que se acierta. Para abandonar el metro en si, hay que volver a meter el billete en el torniquete, el cual ya no saldrá y así se evita el problema de cientos de billetes tirados por el suelo. Si has pagado menos del importe que corresponde a la estación en la que estás sencillamente te pedirán que pagues la diferencia para poder salir.

Existen tarjetas como Suica que se pueden cargar para ir utilizándolas en cada viaje, nosotros no creíamos necesario ese trámite ya que como os digo es muy sencillo saber cuando pagar para cada trayecto.

En cuanto a los autobuses, la verdad es que los utilizamos solamente en Kamakura, Nikkó y Kioto. En esta última se hace necesario para llegar a muchos lugares, ya que el metro tiene tan solo dos lineas y gran parte de la ciudad queda sin ese servicio. Lo más curioso de este medio de transportes es la forma en la que se paga. Se hace a la salida, y hay que depositar el importe exacto en una máquina que lo cuenta y da el ok. Puede pasar que pienses “¿y si no tengo ese dinero?”. No pasa nada, los japoneses piensan en todo y esa misma máquina te da la posibilidad de cambiar lo que necesites, ya sean billetes o monedas. Así además se evitan el uso de billetes de bus.

Os dejo los enlaces de las página de transporte en Japón de las diferentes ciudades, seguro que os vienen bien:

  • Metro de Tokio
  • Transporte en Osaka
  • Transporte en Kioto
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India

Cosas que no te gustarán en India

por Cristina 23/07/2014
Marionetas indias

Me siento afortunada y mucho por haber podido viajar cuatro veces a India, tres de ellas al norte y la última a los tres estados del sur. Estoy enamorada de India, no puedo evitarlo, me siento cómoda y feliz cada vez que recorro sus calles, disfruto de sus monumentos y sus paisajes, paso tiempo con la gente del país, degusto su comida…. Y a pesar de lo bien que me siento allí se que hay muchas cosas que a cualquier viajero le pueden incomodar; yo las acepto y las gestiono bastante bien, pero cuando alguien sabiendo de mi pasión por ese país me dice si lo recomendaría como destino de viaje, siempre respondo que no, que si alguien viaja a India debe hacerlo sabiendo que le espera, conociendo la realidad del destino, lo bueno y lo malo. Y decidir por si solo… Porque  hay muchas cosas que no te gustarán en India.

He pensado que no está de más contar cuales son esas cosas que desagradarán a cualquiera que decida pasar por el subcontinente indio. Con ello no quiero quitar la idea a nadie de un viaje a ningún punto de India, pero si hacer ver que todo lo malo que hay allí siempre se puede transformar, hacer que no sea tan malo y convivir cada día con ello. Y es que aunque hay cosas que no te gustarán en India, puedes conseguir que no sean un impedimento para disfrutar del país.

LOS OLORES
En India se visitan ciudades donde el sistema de alcantarillado tal y como lo conocemos no existe. Allí lo que veremos es una canal más o menos profundo en el lateral de la calle, el cual en algunas ocasiones los indios utilizan como retrete. El olor realmente puede llegar a ser insoportable, y si lo sumamos a otros aromas a los que no estamos acostumbrados como el de los puestos de comida en la calle, el incienso, los tintes de las telas, las flores o la fruta madura puede convertirse en un mal recuerdo para muchos. Momentos sin duda que hacen pensar que India no es el paraíso que algunos parecen empeñados en mostrar.
Por eso no está de más llevar un bote de algún producto mentolado tipo el famoso bálsamo chino del tigre. Un poquito debajo de la nariz y el problema del olor quedará solucionado.

EL CALOR
El subcontinente indio es un lugar caluroso en mayor o menor medida durante todo el año. Dependiendo de la zona hay momentos en los que estar a más de 40º en la calle es lo normal, y a esto hay que sumar una humedad horrible en estados como Tamil Nadu. En resumen: insoportable.
Para evitar este problema solamente hay que informarse sobre la mejor época para el viaje, pero en general si se consigue organizar el viaje entre noviembre y marzo (excepto en la zonas cercanas al Himalaya) el clima será seco, soleado y con temperaturas agradables incluso para visitar las playas de Goa y Kerala.

Cosas que no te gustarán en India - El calor

LA COMIDA
A la hora de comer todo pica, está demasiado especiado, huele raro… y muchas veces sabe aún peor. Uno se encuentra frente a boles de comida que vete a saber que cosas contienen… Hasta la leche es distinta; y ese té con cardamomo, jenjibre, canela y pimienta. ¿Es que no tienen un té Hornimans y leche desnata en brick? Si además la tripa parece resentirse es cuando uno se plantea que hace ahí y desea volver a casa para comerse un filete con patatas mientras recuerda esa lista que leyó de cosas que no te gustarán en India y piensa cuanta razón llevaban.
Pero de verdad, no tiene que ser tan terrible. Antes de emprender el viaje viene bien comer en algún restaurante indio de la ciudad donde uno reside, probar diferentes platos, indagar en esos sabores extraños e intentar averiguar si se tolera bien el picante o no. Esto último es sencillo evitarlo si se pide comida sin picante en los restaurantes (en la calle no podrá ser, ahí hay lo que hay), y a quien definitivamente la comida india no le guste, no pasa nada. En India hay lugares donde comer desde una pizza hasta unos canelones. Solamente hay que buscar un poquito.

Cosas que no te gustarán en India - La comida

LA SUCIEDAD
Polvo, basura, excrementos de animales… todo se mezcla en el suelo de la mayoría de las ciudades indias. Uno desearía muchas veces llevar unas botas hasta la rodilla para no tener que preocuparse constantemente de donde pone el pie o que puede salpicarte en la pierna. ¿Es que no conocen las escobas ni los camiones de basura? Además todo lo que se toca parece estar pringoso, viejo y sucio… como esos billetes de cinco rupias tan manoseados.
Los occidentales estamos acostumbrados a ciudades impolutas, con aceras que el polvo no cubre, con papeleras y rodeados de personas que se procuran por no ensuciar las calles. Pero India no es igual, y aún así la suciedad no es tan constante como cuentan. Algunas ciudades, sobre todo en el norte, es cierto que tienen zonas donde un escuadrón de limpieza vendría genial, pero esto es sobre todo en las zonas de los bazares o mercados y de los barrios antiguos con calles estrechas… Una vez se sale de allí y aunque no sea igual que en Europa o Japón (por nombrar sólo unos ejemplos) la cosa no es para tanto. Cierto que en cualquier momento puedes tropezarte con la caca de una vaca, pero no hay tantas vacas, ni tantas cacas, de verdad.
Aún así, a quien le preocupe mucho el tema de la suciedad y la higiene es mejor que lleve solamente zapato cerrado para no tener la sensación constante de tener los pies sucios además de llevar en la mochila toallitas limpiadoras o un desinfectante que dará sensación de frescor y limpieza.

Cosas que no te gustarán en India - La suciedad

LA GENTE
En India es muy complicado sentirse solo en algún momento. Siempre hay gente, hasta en el lugar más remoto encontrarás más personas de las que cabría esperar. Y para todas esas personas serás el centro de atención: si eres blanco tu tono de piel ya será una razón para mirarte fijamente, y si además eres rubio, alto, mujer y vistes diferente a ellos tendrás todas las papeletas para sentir decenas de ojos clavados en ti. Los indios son un pueblo curioso y además descarado, no van a disimular que llamas su atención. Esto puede incomodar a mucha gente, pero lo mejor es ignorar a los hombres y sonreir a los niños y las mujeres (si eres mujer, claro). Al final uno se acostumbra a todo, pero si quieres que las miradas de curiosidad se transformen en miradas de agrado solo hay que vestirse al estilo indio: no hace falta un sari para las mujeres, un pantalón y una blusa suelta que se pueden comprar en cualquier mercadillo bastarán.
Otras de esas cosas que no te gustarán en India será la insistencia de los vendedores de recuerdos, los niños que piden, las mujeres que cargan bebés y quieren algunas rupias… Esto puede parecer complicado de asimilar y gestionar, pero realmente no lo es tanto. Un no rotundo y serio surtirá más efecto del que podáis imaginar, y si en algún momento creéis que realmente esa mujer necesita comer, en cualquier puesto de la calle podréis adquirir algo de comida, lo cual es mucho mejor que dar unas rupias que no sabes donde acabarán.
En India hay pobreza, pero también mafias que no dudan en mutilar a niños para hacerles pedir en la calle y que los viandantes se compadezcan de ellos. Es muy complicado no sentir lástima, pero en primer lugar no se puede ir dando limosna a todo el mundo y en segundo, si realmente se quiere ayudar es mejor hacerlo a través de una organización que utilice ese dinero para un buen fin.
Algo que todo el mundo os dirá que no se debe hacer es dar caramelos u otros regalos a los niños… Siento decir que yo esto me lo salto. Siempre llevo bolis, piruletas y otras tonterías. Ver la cara de felicidad mientras se comen el caramelo no tiene precio.
A pesar de todo esto deciros que los mejores momentos pueden ser precisamente los que os ofrezcan los habitantes de India, si estáis relajados y listos para la sorpresa ellos os regalarán instantes realmente especiales de esos que no se olvidan nunca.

Cosas que no te gustarán en India - La gente

EL TRAFICO
Probablemente una de las cosas que no te gustarán de India es que siempre hay movimiento en las calles indias. De repente, de la nada, aparece un niño persiguiendo un cabra, una vaca está tumbada en mitad de la calzada, un camión ha pinchando y parece que nadie tiene intención de retirarlo de la carretera, un carro tirado por un camello entorpece aún más la circulación en cualquier ciudad de Rajastán… y todo esto envuelto en el ensordecedor ruido de los claxon que todos tocan de forma compulsiva no se sabe bien la razón. Atascos, humo, gente y vehículos de todo tipo que van y vienen forman parte del paisaje de toda ciudad india. Si eres peatón tienes que armarte de paciencia ya que cruzar una calle puede convertirse en un ejercicio de paciencia y requerir rezar a alguno de los dioses del amplio panteón hindo para que haga que alguien decida parar y compadecerse de ti para que puedas atravesar la calle.. Si eso no ocurre, ponte detrás de un indio y cuando se lance a la calzada, le sigues: él o ella pararán el tráfico por ti.
Si hablamos de las carreteras es una historia parecida: cabras, coches, camiones, motos (muchas motos), bicis, camellos, gente… en India parece que siempre hay alguien que se mueve por esas carreteras alejadas de nuestro estandard de seguridad: no hay lineas pintadas, no hay alumbrado ni arcenes y las señales de tráfico son realmente escasas. Pero todo funciona, todo fluye y termina mejor de lo que cabría esperar con ese panorama. Se pasa miedo (a veces) desde el asiento trasero de un coche indio sobre todo en los adelantamientos, crees que estrellarse mientras suenan varios claxon a tu alrededor es inevitable, pero en el último momento ambos coches se esquivan y todo continúa como si nada… hasta el próximo adelantamiento.
A pesar de todo esto y aunque el transporte será una de de las cosas que no te gustarán en India, eso no debe suponer un problema para viajar por el país. Si no te quieres mover por carreteras puedes recurrir a trenes o aviones, y en las ciudades para no pasar la vida de atasco en atasco ir caminando, utilizar un rickshaw o moverte en metro (si, en Delhi, la ciudad con el peor tráfico de India, hay metro)

Cosas que no te gustarán en India - El tráfico

Decir también que no en toda India las cosas son así, el sur es mucho más tranquilo para el viajero en cualquiera de los aspectos que os he contado. Por lo que si alguien quiere visitar este país pero siente cierto reparo por la vida allí, mi recomendación es que empiece por el sur. Es tan maravilloso como el norte pero mucho más sosegado: menos coches, menos suciedad y una población más relajada en su trato con quienes no somos de allí.

Espero que a pesar de las pegas que aquí os he contado y de esta breve relación de cosas que no te gustarán en India, os animéis y en algún momento de vuestras vidas vayáis a India, pero sobre todo deseo que la disfrutéis y que no dejéis que la adversidad os amargue el viaje.

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ExperienciasMyanmar

Monte Popa: una visita para olvidar

por Cristina 23/07/2014

En nuestro viaje a Myanmar había un buen número de lugares de obligada visita y luego otros digamos opcionales. Si nos cuadraba en tiempo e itinerario, los iríamos incluyendo.
El Monte Popa era uno de estos lugares y como íbamos a disponer de tiempo suficiente en Bagan organizamos para ir una mañana a este monte que se eleva casi 800 metros sobre la planicie birmana.
Salimos de la ciudad de la pagodas con un sol radiante, pero según nos íbamos acercando a nuestro destino, la niebla se convirtió en nuestra compañera de viaje. Aún así pudimos hacer una parada para contemplar en la distancia el monte y disfrutar de la que sin duda es la mejor perspectiva del lugar.
El Monte Popa es el más importante lugar de culto a los nat (seres espirituales con la capacidad de proteger o hacer daño a los hombres) en todo el país, por lo que es un importante lugar de peregrinación. No se puede acceder a lugar con ropa negra ni roja, tampoco con objetos de piel. Y nada de hablar mal de nadie ni con palabras malsonantes si no se quiere provocar la ira de los nats.

Una de la razones de visitar este lugar era conocer la pagoda que se alza en lo más alto del monte desde la que habíamos leído que las vistas eran merecedoras de la casi media hora de ascenso por la empinada escalinata. Cuando llegamos a la base de la montaña, ya intuimos que vistas tendríamos pocas, pues además de la niebla que rodeaba el monte, estaba empezando a lloviznar. Pero ya que estábamos allí, habría que subir de todos modos.
Antes de bajar del coche otra de las cosas que comprobamos es que los monos sobre los que habíamos leído campaban a sus anchas por la pequeña localidad que se ha formado a los pies del monte.

Monte PopaEl conductor del coche que nos había llevado hasta allí nos dejó justo en la entrada al Monte. Suponíamos que había que descalzarse, pero el conductor nos dijo que no, que podíamos entrar calzados. Así que cogimos nuestra mochila con los chubasqueros y la cámara de fotos y nos dispusimos a comenzar el ascenso.
Pero….¡¡¡horror!!! Según me acerqué a la puerta por la teníamos que entrar a la escalera el olor a pis era tan horrible y desagradable que me dieron ganas de vomitar. Yo no soy asquerosa y hago de tripas corazón habitualmente. No me importa descalzarme, ni probar cosas nuevas, ni dejo de ver lugares porque huela “ligeramente” mal. Pero es que lo de ese lugar era insoportable hasta el punto de que le dije a Arturo que yo no subía. El suelo estaba mojado, el olor del pis, había cacas de mono por todas las escaleras…. Pero él me hizo entrar en razón y me dijo que era un lugar al seguramente no íbamos a volver, que ya que estábamos allí teníamos que hacer de tripas corazón y subir para ver la pagoda. Así que dicho y hecho, uno a uno fuimos subiendo escalones y parando en los pequeños santuarios que albergaban algunos nats (para entrar si que había que descalzarse).
Más o menos animada seguía a Arturo por aquella asquerosa escalera, pensando que al menos podía llevar puestas las sandalias cuando…. ¡¡¡¡equivocación!!! Podíamos ir calzados hasta un punto, pero a partir de ahí tocaba dejar los pies al aire y continuar descalzos. De nuevo momento de tensión, otra vez empecé a notar el olor a orines y a ver cacas por todos los rincones. De nuevo Arturo se sentó a mi lado y me animo a continuar.

Bien, fuera zapatos…. y que algún nat reparta suerte para no terminar tirados en el suelo tras escurrirnos en las escaleras mojadas de lluvia y pis.

Ya sin zapatos comenzamos el ascenso por unos escalones de baldosas super escurridizas. Que digo yo, que en un país con épocas de tanta lluvia, ¿de quién habrá sido la idea de utilizar ese material? Durante toda la subida nos cruzamos con trabajadores secando con fregonas el suelo, o al menos intentando quitar la cantidad de agua que había en algunos lugares. Claro, mejor no pensar el estado de dichas fregonas…. digamos sencillamente que eran lo más alejado a nuestro concepto de limpieza.
Teníamos que subir con más cuidado esquivando monos con caras de pocos amigos, sus cacas y pegados a la barandilla para poder agarrarnos y evitar caernos. Y el olor a pis igual de intenso que al principio. (Me pregunto como puedo salir en la foto de abajo con una sonrisa cuando lo que quería era gritar y salir de allí).

Nats en el Monte PopaSegún íbamos ganando altura la temperatura iba bajando, los escalones estaban más fríos, los pies se nos quedaban helados, yo quería caminar de puntillas del asco que me daba y Arturo me regañaba e insistía en que plantara todo el pie o me iba a terminar cayendo. Justo me decía eso cuando dos turistas que bajaban se escurrieron en los escalones encharcados y una de ellas se pegó tal golpe que en poco minutos tenía el brazo completamente amoratado. Las encontramos de nuevo a la bajada y no tenían ni una buena palabra para el sagrado Monte Popa.
Por fin llegamos a lo más alto del lugar, a la pagoda. Tal y como ya imaginábamos vista no había ninguna. La niebla era tan densa que apenas podíamos distinguir bien unos metros más allá. La sensación que tuve es que sin vistas, el lugar no vale nada. En el viaje por Myanmar vimos muchas pagodas más grandes, más bonitas y con tanta historia como la del Monte Popa. Subir todos esos escalones para mi no había merecido la pena, había sido más bien un suplicio sin recompensa final.
Arriba nos encontramos con un grupo de birmanos que habían acudido allí en peregrinación y que rápidamente nos pidieron fotografiarse con nosotros. Primero con Arturo, luego conmigo, después los dos… Fue una larga sesión de retratos, pero eran tan agradables que no fuimos capaces de decir que no.

Monte PopaNos quedaba volver sobre nuestros pasos. Otra vez esos escalones sucios y malolientes, los monos que a mi me parecían cada vez más atrevidos y agresivos… No veía el momento de llegar abajo y olvidarme de ese lugar que tan poco me estaba gustando. Entonces uno de esos monos empezó a tirarme del pantalón y en vista de que yo no le hacía ni caso, de un salto se subió a mi cabeza… Se me juntó el susto con el asco y comencé a levantar la voz cada vez más angustiada y nerviosa, hasta que vino una de las personas que vigilan que los monos no ataquen a los peregrinos y le espanto con solo enseñarle un largo palo… Y a todo esto, Arturo haciendo una foto… Creo que no llegó a ser consciente del mal momento que yo estaba pasando.

Cuando por fin llegamos al lugar donde poder calzarnos no daba a basto con las toallitas húmedas para limpiarme los pies. Solamente quería salir de allí y llegar al hotel para darme un ducha de agua bien caliente y quitarme de encima ese olor a pis y excrementos de mono que tenía la sensación de llevar pegado al cuerpo.

Aún hoy, con el paso de ese tiempo que suele convertir hasta los peores recuerdos en simples anécdotas, el Monte Popa continúa siendo uno de mis peores recuerdos viajeros. No creo que aunque regresara a Myanmar y tuviera garantía de disfrutar de un sol espléndido volviera a subir allí… pero nunca se sabe, los viajeros estamos un poco locos y somos capaces de probar suerte una y otra vez hasta que las cosas pintan como a nosotros nos gustan.

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PerúPerú

Itinerario en Perú, tres semanas en el país de los incas

por Cristina 18/07/2014
Itinerario en Perú

Nosotros elegimos junio como mes para viajar a Perú porque, a pensar de ser el mes en el que comienza el invierno y las temperaturas en algunas zonas pueden ser bastante frías sobre todo por la noche, es la época seca. Y aunque el tiempo está un poco loco, al menos las posibilidades de lluvia son menos. Tocó leer mucho pues se trata de un destino con multitud de lugares de interés, pero finalmente nos decidimos centrar el viaje en la zona sur del país. Este fue nuestro itinerario en Perú para las tres semanas que pasamos en el país:

9 junio

Salida de Madrid con destino Lima. En lugar de quedarnos en la capital de Perú decidimos de antemano coger vuelo a Arequipa, de ese modo evítamos tener que pernoctar dos veces en nuestra Lima. Llegamos aún temprano a nuestro hotel Tierra Viva y aún tuvimos muchas horas para ir descubriendo con calma la ciudad e ir habituándonos al mal de altura.

10 junio

Día completo en Arequipa, la ciudad blanca de Perú. Paseamos por su Plaza de Armas, conocimos el Monasterio de Santa Catalina y vimos de cerca a la momia Juanita en el Museo de los Santuarios Andinos.

11 junio

Abandonamos Arequipa rumbo al Cañón del Colca, lo hacemos con una excursión organizada que se encarga del transporte y de las visitas durante nuestra estancia en esa zona. Hacemos varias paradas para ver vicuñas, alpacas y las vistas desde el mirador de los volcanes. Sin embargo nosotros nos alojamos en Yunque cuando el resto del grupo que nos acompaña se queda en Chivay. Aprovechamos la tarde para conocer el pueblo y hacer una caminata por los alrededores.

12 junio

Día completo en el Cañón del Colca. Por la mañana temprano nos vamos hacia la Cruz del Condor parando en el camino para visitar Maras y algunos miradores. La tarde, para conocer probar la Inka Cola, jugar con las llamas del pueblo y descubrir como son los cementerios en esta zona de Perú.

13 junio

Tenemos varias horas por la mañana antes de que nos recogan para salir con rumbo a Puno, de modo que aprovechamos para dar un paseo a caballo y disfrutar del sol y el maravilloso paisaje de la zona. Más tarde conocemos Chivay y antes de llegar a Puno vimos el volcán Ubinas con una gran fumarola y un bonito enclave llamado Lagunillas. Ya de noche entrábamos en Puno, ciudad que encontramos iluminada por una luna llena que se reflejaba en el lago Titicaca.

14 junio

Este primer día en Puno fuimos a visitar la Catedral, las islas de los Uros en el lago Titicaca, pasamos por el atractivo mercado de la ciudad y por la tarde nos acercamos a Ichu y Chucuito. En esta último vimos la celebración de varias bodas, algo muy alejado de aquello a lo que estamos acostumbrados en España.

15 junio

Teniendo como base Puno contratamos los servicios de un taxi para llegar a la península de Capachica, un lugar precioso y alejado (al menos de momento) del turismo masivo. Allí disfrutamos de unas impresionantes vistas del lago Titicaca desde Llachón, vimos una playa en Chifrón e hicimos un buen número de fotos del mercado de Capachica. Antes de regresar a Puno paramos en Sillustani donde vimos las tumbas de la cultura Kolla.

16 junio

Abandonamos en autobús la ciudad de Puno para empezar a descender hacia Cusco. Llegamos al comienzo de la tarde, con tiempo justo para dejar las cosas en el hotel y salir a dar una vuelta por una de la ciudades coloniales más bonitas de América.

17 junio

Nuestro primer día en Cusco lo dedicamos a visitar la Plaza de Armas, algunas iglesias, mercados y subir hasta la Iglesias de San Cristobal para disfrutar de las bonitas vistas del conjunto de la ciudad.

18 junio

La segunda jornada en la ciudad de Cusco la empezamos en Qorikancha, los restos del templo más ricos del imperio inca. Seguimos visitando algunos museos de la ciudad ubicados en antiguas casas coloniales y viendo como se celebra en la ciudad con distintas procesiones la fiesta del Corpus.

19 junio

Día dedicado a conocer la ruinas incas en las cercanías de Cusco. En autobús fuimos hasta el recinto más alejado de la ciudad, Tambomachay, y desde allí caminamos de regreso los 8 kilometros que separan Cusco de ese lugar aprovechando para conocer Pukapukara, Q’endo y Sacsayhuamán.

20 junio

Dejamos atrás Cusco para adentrarnos en el Valle Sagrado de los Incas. Para ellos contratamos un taxi y así podíamos parar donde nos parecíara. Dedicamos la mañana a conocer las ruinas incas de Pisac, hicimos todo el recorrido andando para llegar a uno de los más atractivos mercados peruanos. Acabamos el día en Ollantaytambo, ciudad en la que íbamos a pasar dos noches.

21 junio

Un buen madrugón para coger el tren que nos llevaría a Aguas Calientes, lugar en el que cogimos un autobús para subir a las ruinas incas más famosas del mundo: Machu Picchu. Pasamos allí casi todo el día, regresando a Aguas Calientes con el tiempo justo de beber una cerveza antes de volver a subir al tren que nos llevaría a Ollantaytambo.

22 junio

Aprovechamos la mañana para conocer la preciosa Ollantaytambo antes de salir hacia Cusco. En esta ocasión la ruta fue por el sur del Valle Sagrado, y paramos en Maray, Salinas y Chinchero, uno de los lugares de Perú que me conquisto.

23 junio

Cambio radical de escenario. Abandonamos la historia y las ciudades para volar a la selva. Nuestro destino: Puerto Maldonado, a orillas del río Madre de Dios.

24 y 25 junio

Dos días completos en la selva. Calor, humedad, caminatas, monos, chaparrones, fantásticas puestas de sol y un cielo con más estrellas de las que uno pueda imaginar fueron nuestros compañeros esas jornadas.

26 junio

Se acerca el final del viaje y volvemos en avión a Lima. Antes de coger el vuelo tenemos tiempo para dar una vuelta por Puerto Maldonado y para variar acabamos perdidos en un mercado en el que se vendían alimentos a los que no fuimos capaces de poner nombre. Al caer la tarde llegamos a la capital peruana donde pasamos nuestra última noche en Perú.

27 junio

Por la mañana aprovechamos para conocer el casco antiguo de Lima, con su Plaza de Armas, la Catedral, algunos conventos y varias casas coloniales. Nuestro vuelo sale a última hora de la tarde por lo que pudimos disfrutar con cierta calma de nuestro último día en el país.

Dudamos al organizar este itinerario en Perú si incluir Trujillo o Nazca, pero finalmente nos decantamos por la húmeda selva peruana. Fue una ruta bastante completa que pudimos hacer cómodamente y disfrutando con tranquilidad de cada lugar visitado.

Para saber que hicimos en cada ciudad, solamente tenéis que leer nuestro diario de viaje por Perú.

Y si queréis viajar a Perú y tenéis muchas duda, consultad mi Guía de viaje de Perú. Seguro que os aclara bastantes cosas.

 

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Perú

Qué ver en Lima en 1 día

por Cristina 17/07/2014

Después del vuelo desde Puerto Maldonado con parada una parada técnica en Cusco para que subieran pasajeros llegábamos a la capital peruana. Desde el aire fuimos viendo como el paisaje iba cambiando debajo de nosotros hasta que en un momento dado estábamos volando sobre el Océano Pacífico para luego girar y descender para aterrizar en el aeropuerto de la capital peruana. En breve íbamos a conocer todos los lugares que ver en Lima.

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¡Hola! Mi nombre es Cristina, madrileña y apasionada de los viajes. Desde hace casi una década escribo mis experiencias por el mundo en Kris por el Mundo. Aquí podéis encontrar recomendaciones, curiosidades y muchas ideas para organizar vuestros propios viajes.

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