Qué ver en Aosta: 14 lugares en la Roma de los Alpes

por Cristina Monsalvo
qué ver en Aosta

El Valle de Aosta es la región más pequeña (y menos poblada) de Italia. Ubicada a los pies de los Alpes, en la frontera con Francia y Suiza, su capital es Aosta. Una ciudad con unos 35.000 habitantes que el tiempo del Imperio Romano fue conocida como la Roma de los Alpes. Basta visitar los lugares que ver en Aosta y en los alrededores para comprender la razón de es sobrenombre.

Cuando decidimos incluir esta ciudad entre montañas lo hicimos por una razón que poco tenía que ver con su milenario pasado. Íbamos a viajar a Turín en diciembre y queríamos visitar alguno de los mercados de Navidad más bonitos de Italia. Fue así como incluimos Aosta en nuestro periplo.

Al empezar a buscar que ver en esa ciudad, fue cuando descubrimos que allí no solamente nos esperaban mercaditos navideños. Podríamos visitar importantes construcciones que llevan en pie muchos siglos soportando el sol, el frío y la nieve.

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Qué ver en Aosta: un poquito de historia

Merece la pena conocer un poquito de la historia de esta ciudad italiana antes de sumergirnos en los lugares que ver en Aosta.  Cuenta una leyenda que los salassos, un pueblos celta asentado en la zona que va desde los Alpes hasta Lyon, tenían un jefe que descendía de Saturno y que tuvo como compañero de batallas a Hércules. Su nombre era Cordeliofue él quien fundo en el año 1158 a.C. una ciudad a la que llamó Cordelia.

Allí permaneció ese pueblo hasta el 25 a.C. Fue entonces cuando llegaron los romanos que lucharon y derrotaron a los salassos, haciendo de muchos de ellos sus esclavos. Fundaron Augusta Praetoria (su nombre rinde homenaje al emperador Augusto), ciudad que tuvo una gran importancia en la época al encontrarse en el paso de la vía romana que llegaba a las Galias.

En la Edad Media, fueron los francos los que se hicieron con el territorio del Valle de Aosta, quedando la región dividida en señoríos feudales. En tiempos del Imperio Carolingio Aosta cobró relevancia al pasar por ella la Vía Francígena que unía Aquisgrán con Roma.

Todo eso es parte del pasado y del patrimonio de una ciudad que ahora cuenta con numerosos atractivos. Entre los que no podemos olvidar que, gracias a estar ubicada en los Alpes italianos, Aosta es un destino estupendo para los amantes de los deportes de invierno. Y también para los que gustan de los paseos por la naturaleza cuando el clima es propicio para ello.

Qué ver en Aosta, antigua ciudad romana

El centro histórico de Aosta es compacto y en gran parte, peatonal. Es sencillo recorrer esa parte de la ciudad a pie, disfrutando de bellos edificios, de las tiendas con productos típicos o de los coquetos restaurantes repartidos por las principales calles del centro.

El recorrido que os propongo comienza en uno de los monumentos romanos que ver en Aosta. Desde él iremos visitando todos los lugares que merecen una parada en la capital de este valle italiano.

Puente Romano

Se trata de una construcción del siglo I a.C. que se conserva perfectamente. Bajo su único arco pasaba el arroyo Buthier. Pero tras una inundación, el arroyo cambió su curso y bajo el puente ya no corre el agua.

Arco de Augusto de Aosta

A dos minutos a pie del puente, cruzando el actual cauce del arroyo, se encuentra el monumental Arco de Augusto. Se construyó el año en el que los romanos fundaron Augusta Praetoria y con él se conmemoraba la victoria sobre los salassos. El arco tiene un solo vano de nada menos que 8 metros de anchura. Rodean la construcción columnas con capiteles corintios. Y en lo alto, triglifos y metopas decoran esta imponente construcción romana.

Antes de dejar atrás el parque en el que se encuentra el arco, ya muy cerca de las calles del centro, se puede ver una estatua del emperador Augusto, el que da nombre a la ciudad y al arco romano.

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Colegiata de San Orso

La ruta continúa en el centro histórico de la ciudad. Entramos en la ciudad por la peatonal Via Sant’Anselmo. Tiendas y restaurantes abren sus puestas a esta calle comercial. Para llegar al siguiente lugar que ver en Aosta, hay que torcer en la primera calle a la derecha, Via Sant’Orso.

Enseguida aparece a la derecha la Iglesia de San Orso. Una construcción medieval de la que se conservan el claustro, el campanario y la cripta. También han llegado hasta el siglo XXI algunos frescos románicos en el techo de la iglesia.

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El claustro ya existía en el siglo XII, aunque fue restaurado en el siglo XV, manteniendo las columnas y los capiteles de mármol. En estos últimos se representan escenas bíblicas y de la vida de San Orso. También aparecen otros elementos decorativos, entre los que no faltan animales y personajes fantásticos. Son fácilmente identificables gracias a la información que entregan al visitante al comprar la entrada para la visita.

Junto a la iglesia está también la Capilla del Priorato. Fue construida en el siglo XV y destaca en ella la fachada con  decoración de terracota, algo inusual en los edificios del Valle de Aosta. El interior de la capilla conserva unos frescos que solamente se pueden ver accediendo con una visita guiada. No os puedo decir si merece la pena o no, pues nosotros, por una cuestión de tiempo, no pudimos entrar a verlos.

Horarios y precios de San Orso

  • El claustro y iglesia abren todos los días de 9:00 a 18.00 horas.
  • La entrada a la iglesia es gratuita.
  • Entrada al claustro: 2 € (niños 1 €)
  • Visita guiada al claustro, los frescos de la iglesia y la capilla del Priorato: 7 €.

Basílica Paleocristiana de Aosta

Justo frente a San Orso se pueder un tilo milenario y la Iglesia de San Lorenzo, desacralizada y convertida en sala de exposiciones. Bajo ella se encuentra una de las excavaciones arqueológicas más importantes que ver en Aosta, la basílica paleocristiana. Se trata de un templo levantado sobre las tumbas de los primeros mártires que a su vez estaban sobre una zona funeraria protohistórica (ese periodo entre el final de la prehistoria y el principio de la historia antigua que no está definido).

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Recorriendo el yacimiento se pueden ver distintas estancias funerarios, zonas dedicadas a la liturgia y los sepulcros de Grato, Gallo y Agnello, tres obispos que vivieron entre los siglos V y VI.

Nosotros entramos a ver este lugar porque estaba incluido en el ticket de la zona arqueológica de la ciudad. Pero tengo que ser sincera. Si no os interesa demasiado la arqueología, creo que es un lugar que os podéis saltar sin ningún remordimiento.

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Porta Pretoria, imprescindible que ver en Aosta

Hay que regresar a Via Sant’Anselmo y girar a la derecha para llegar a una de las grandes construcciones que dejó el Imperio Romano en Aosta: la Porta Pretoria. Fue la entrada principal a la ciudad y hoy se conserva lo suficiente como para imaginar como puedo ser hace algo más de dos milenios. Incluso se ha excavado el terreno hasta el nivel del suelo en la época romana, lo que deja a la luz toda la estructura de la puerta. Lo que si falta es el mármol que recubrió la puerta por completo y del que se pueden ver algunas pequeñas piedras sobre el conglomerado que es la base de la construcción.

En tiempo del imperio, los dos arcos laterales eran el paso para los peatones, y el central, para los carros. A nosotros nos llamó la atención que la puerta está formada por dos paredes, cada una con sus arcos, sobre los que falta la cubierta. Ese espacio intermedio era el patio de armas. Si se busca en lo que fue la parte exterior de Augusta Praetoria, junto a las aperturas se pueden ver los huecos por los que pasaban las rejas, ya que al caer la noche, la ciudad se cerraba.

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Torre dei Signori di Porta S.Orso

Junto a la Porta Pretoria se puede ver una de las torres que tuvo la ciudad en época romana. Al igual que pasó con otras torres de la antigua Augusta Praetoria, esta se convirtió en una mansión en el Medievo. Actualmente en ella se encuentra la Oficina de Turismo. Una lugar de visita obligada si queréis información detallada sobre Aosta, un plano o sencillamente comprar el ticket para las visitas a los monumentos de la ciudad.

Teatro Romano, imprescindible que ver en Aosta

Para mí, el lugar más increíble que ver en Aosta es su teatro romano. Para llegar a él, solamente hay que torcer a la derecha tras pasar la Porta Pretoria. A pocos metros están las taquillas y tras ellas, todo el recinto arqueológico del teatro, con una parte de las murallas cerrando el lugar.

Nosotros lo vimos bajo la luz invernal, cubierto de nieve, con las montañas al fondo. Una imagen de absoluta postal la fachada de 22 metros de altura con arcos y ventanas de distintos tamaños. Las gradas de este teatro tenían un tamaño que permitía acomodar hasta a 4.000 espectadores. De todas ellas solamente quedan las seis gradas inferiores, las más cercanas al área de la orchesta.

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Durante la Edad Media se adosaron construcciones que fueron demolidas a principios del siglo XX. También durante ese periodo, cuando el teatro fue abandonado, gran parte de las piedras fueron reutilizadas para levantar otros edificios de la ciudad.

Horario del Teatro Romano de Aosta

  • Abril a septiembre de 9:00 a 19:00 horas.
  • Octubre a marzo de 10:00 a 13:00 y de 14:00 a 17:00 horas.

El Teatro Romano de Aosta solamente cierra el 25 de diciembre y el 1 de enero.

Piazza Chanoux

Visto el Teatro Romano, hay que volver sobre nuestros pasos hacia la Porta Pretoria. Una vez, torcer a la derecha y caminar por la calle que lleva el nombre de la gran puerta de Aosta. Sigue siendo una zona comercial y peatonal. Unos 200 metros más allá encontramos la gran plaza de la ciudad, la Piazza Chanoux.

Se trata de un espacio rectangular rodeado de elegantes edificios entre los que sin duda destaca el del Ayuntamiento de estilo neoclásico. Frente a él, en el centro de la plaza, se puede ver el monumento al soldado valdostano. Y en la fachada del propio ayuntamiento, a los lados de los cinco arcos centrales, se pueden las dos estatuas que representan a los dos ríos que pasan por Aosta: el Buthier y el Dora Baltea.

Catedral de Aosta

Presidiendo la Piazza Giovanni XXIII encontramos la Catedral de Aosta, dedicada a Santa Maria Assunta y San Giovanni Battista. Los orígenes del templo más importante de la ciudad se remontan al siglo IV, época de la que data la pila bautismal que se conserva dentro de la catedral.

El templo fue renovado en estilo románico durante el siglo XI. Es de esa época de la que datan los frescos, que junto a los de San Orso, son uno de los grandes tesoros de Aosta. De los siglos siguientes son las torres, la cripta, los mosaicos y el coro.

En cuanto a la actual fachada, se diferencian en ellas dos partes. Por un lado, el frente neoclásico de mediados del siglo XIX. Y por otra, el atrio del siglo XVI. En este último es imposible no fijarse en la decoración de cerámica sobre la puerta en la que se narran escenas de la vida de la Virgen.

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Horario y precios de la Catedral de Aosta

  • Acceso a la catedral: gratuito. Abierta todos los días de 8:00 a 12:00 y de 15:00 a 19:00 horas.
  • Visita al Museo del Tesoro: 4 €. Mismo horario que la Catedral.
  • Visita guiada al claustro, los frescos y el museo: 5 €. Sábados y domingos de 15:00 a 17:30 horas.

Criptopórtico del foro romano

Junto a la plaza en la que se encuentra la Catedral está otro de los lugares que ver en Aosta y que dejaron los romanos para la posteridad. Se trata del criptopórtico.  Una estructura semienterrada cuya función principal debió ser igualar el terreno, contenerlo y evitar el desnivel existente entre el foro y el zona sagrada de Augusta Praetoria.

Para visitar las galerías de este lugar, hay que descender a un jardín. El interior está iluminado por unas ventanas que también servían para renovar el aire del interior. Ya en la Edad Media, estas galerías se transformaron en bodegas. La gente de la ciudad denominaba entonces a este espacio Marché des Romains.

Los horarios de apertura del criptopórtico son los mismos que los del teatro romano de Aosta.

Foro Romano

Si dejamos la plaza de la Catedral y buscamos la Vía de Lostan, llegaremos al lugar en el que estaba el foro. El corazón de Augusta Praetoria. Espacio administrativo, comercial y religioso. Aunque se han realizado numerosas excavaciones y sacado a la luz algunos restos, es poco lo que queda de los distintos edificios y los dos templos que hubo en el lugar. La plaza se ha rodeado en parte de pasarelas de madera que permiten cruzar sobre los vestigios arqueológicos a los visitantes.

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Vía Croix de Ville

Desde el foro podemos continuar caminando hasta Via Jean Baptiste de Tillier. Peatonal, comercial y continuación de Via Porta Pretoria desde la Piazza Chanoux. Hay que girar a la derecha en dicha calle hasta alcanzar Vía Croix de Ville. Una de las calles más bonitas que ver en Aosta.

En ella se encuentra la Croix de Ville, una cruz sobre una fuente que recuerda la expulsión de los calvinistas de la ciudad en el siglo XVI.

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Museo Arqueológico de Aosta

Recorriendo toda la anterior calle hacia el norte, se llega a otra de las plazas importantes de Aosta, la Piazza Roncas. Allí, además del palacio que da nombre a la plaza, está el Museo Arqueológico. Está instalado en un edificio que fue convento y cuartel. Ahora en sus salas se exponen, de forma cronológica y temática, objetos que van desde la Prehistoria hasta la Edad Media. Pasando por supuesto por el periodo en el que la ciudad formó parte del Imperio Romano.

Horario del Museo Arqueológico

Al igual que otros monumentos que ver en Aosta, el museo solamente cierra el 25 de diciembre y el 1 de enero.

  • Abril a septiembre de 9:00 a 19:00 horas.
  • Octubre a marzo de 10:00 a 13.00 y de 14:00 a 18:00 horas.

Muralla romana y torres

Los romanos rodearon Augusta Preatoria con una muralla que tenía una doble función: servir de defensa y ofrece una delimitación monumental a la ciudad. Aquella muralla contaba con un buen número de torres. Pero con la caída del imperio, muchas de ellas se convirtieron en residencias feudales y las piedras de la muralla utilizas para levantar nuevos edificios. A pesar de ello, en Aosta se conservan grandes tramos de la muralla y un par de torres que conservan un aspecto bastante similar al que debieron tener hace dos milenios.

Qué ver en Aosta: billete único Aosta archeologica

A excepción de la Catedral y de la Iglesia de San Orso, la entrada para el resto que lugares que ver en Aosta es un billete de tarifa única. No se pueden comprar las entradas por separado.

Este billete llamado Aosta archeologica permite la entrada a estos lugares:

  • Teatro Romano
  • Criptopórtico del foro
  • Basílica paleocristiana de San Lorenzo
  • Museo Arqueológico Regional
  • Área Megalítica de Saint-Martin-de-Corléans

Su precio es de 8 € y es válido durante un año desde su fecha de emisión. Permite una sola entrada a los lugares citados. Los niños, adolescentes y estudiantes menores de 25 años, así como las personas con discapacidad, pueden acceder de forma gratuita.

Durante el periodo del 19 de noviembre al 8 de enero, el precio de este billete único es de 5 €.

Qué en los alrededores de Aosta

Ya que estáis en el Valle de Aosta, si disponéis de tiempo, podéis visitar algunos lugares cerca de la ciudad. O incluso, si os vais a desplazar hasta alguna de las grandes ciudades cercanas para coger el avión de regreso a casa, no está de más aprovechar para hacer alguna interesante parada en ruta.

Realmente son muchos los lugares que ver en los alrededores de Aosta. Abundan sobre todo los castillos, aunque algunos no siempre está abiertos. Yo os voy a contar los que vimos nosotros por si os sirve como idea para vuestra propia ruta.

Castillo de Aymavilles

Este castillo es el resultado de convertir un castillo medieval en uno barroco. En coche se tardan unos 15 minutos en llegar a él desde Aosta. Hay que buscar aparcamiento en el pueblo antes de comprar la entrada (9 € la entrada completa, 12 € si se elige la opción de visita guiada) que permite el acceso a los jardines y el propio castillo.

Los cuatro niveles del interior del Castillo de Aymavilles son un recorrido por la historia del edificio y sus habitantes. En el último piso se puede ver, gracias a varias maquetas, la evolución y los cambios que ha ido sufriendo el castillo a lo largo de los siglos.

Es el único castillo que nosotros visitamos en los alrededores del Valle de Aosta. Nos decimos por él porque nos dijeron que estaba decorado de forma especial por Navidad. La verdad es que la decoración nos decepcionó un poco. Y el castillo es bastante peculiar, pero el precio nos pareció un poco elevado para lo que ofrece. Eso sí, estuvimos solos, como si este château italiano fuera nuestra casa.

Horario del Castillo de Aymavilles

El castillo cierra los lunes (salvo algunas excepciones), el 25 de diciembre y el 1 de enero.

  • Abril a septiembre de 9:00 a 19:00 horas.
  • Octubre a marzo de 10:00 a 18:00 horas.

Fuerte de Bard

En dirección contraria al castillo, a 46 kilómetros de Aosta, se encuentra Bard. Allí está una de las grandes fortalezas italianas. situada de forma estratégica entre los montes, en un recodo del río Dora Baltea. El fuerte lleva allí al menos un milenio. Desde su construcción ha sido conquistado por Amadeo IV de Saboya, ampliado por Carlos Manuel II y arrasado por las tropas de Napoleón.

Ver este fuerte desde la distancia impone. Y tengáis o no intención de visitar su interior, os animo a hacer una parada en el pequeño pueblo de Bard. Está considerado uno de los más bonitos de Italia. Una sola calle asciende desde la carretera. A ambos lados, casas de piedra de los siglos XIV y XV. Aquí y allá aparece un callejón que lleva a una puerta. O un arco sobre la calle se convierte en el marco perfecto para una fotografía.

En nuestro caso visitamos Bard en diciembre atraídos por su fuerte. Pero finalmente pasado un rato muy entretenido recorriendo la artería principal del pueblo. Ventanas, puertas, escaleras. Todo estaba decorado de forma especial por Navidad. Duendes sentados en un banco. Un belén en el vano de una ventana. Una escalera convertida en pista de esquí. Motivos navideños originales realizados por la gente del pueblo. Al llegar al final, en la iglesia, pudimos votar por nuestro favorito. Así que ya sabéis, si estáis en el Valle de Aosta en diciembre, no dejéis de visitar este pueblito.

Pont-Saint-Martin

A tan solo 10 minutos en coche de Bard está Pont-Saint-Martin, puerta de entrada del Valle de Aosta. Merece la pena visitar este pueblo con cierto aire alpino para ver el espectacular puente romano de 25 metros de altura, recuerdo de la carretera del imperio que pasaba por aquí rumbo a las Galias y que hasta 1831 era el único paso para aquellos que viajaban hacia el valle.

Pont-Saint-Martin Valle de Aosta

Qué ver y hacer en Aosta en Navidad

Dicen que los mercados de Navidad de Aosta son de los más bonitos de Italia. Y aunque son pequeños y no tienen la vida de los de Trento o Bolzano, no hay duda de que no les falta encanto. Gracias en parte a los lugares en los que se ubican y, en parte, a las coquetas casetas de madera que se instalan en ellos.

Mercatino di Natale Aosta

Visitar el Mercatino di Natale de Aosta (o el Marché vert Noel) es una de las mejores cosas que hacer en Aosta en Navidad. Es un buen lugar para hacer algunas compras, pero, sobre todo, para tomar un vino caliente y comer una fondue de queso fontina, elaborado con leche entera de vaca de raza valdostana y típico del valle.

El mercado navideño aostano se reparte entre tres plazas: Piazza Caveri (la del foro), Piazza Giovanni XXIII (la de la Catedral) y Piazza Roncas (la del Museo Arqueológico).

Patinar sobre hielo

En la Piazza Chanoux se instala una pista de hielo que hace las delicias de muchos. Yo no me atrevo a lo de patinar (a mi torpeza hay que sumar que mantengo mal el equilibrio), pero me encanta ver a la gente deslizarse sobre el hielo. En algunos casos con gran facilidad. Y en otros… Bueno en otros al menos se ve que se lo pasan genial.

Adornos en las calles

Recorrer las calles peatonales de Aosta permite disfrutar de la sencilla y a la vez cuidada decoración de las tiendas. Pequeños detalles con motivos alpinos que recuerdan que la Navidad está cerca y que invitan en muchos casos a comprar algo especial con lo que decorar nuestra propia casa.

Comprar panettones

Si hay un dulce tradicional italiano que se come en Navidad, ese es sin duda el panettone. Desde el más tradicional a los que incluyen chocolate, frutos secos o almendras enteras. Este bollo está tan bueno que bien merece la pena comprar uno para merendar de vuelta en España.

Son muchas las pastelerías que vais a encontrar en el centro histórico de la ciudad, todas muy cerca de los lugares que ver en Aosta. Yo os recomiendo dos, que tras un estudio pormenorizado, son para mí en las que venden los mejore panettones.

  • Giorgi. Está al comienzo de Via Sant’Anselmo. Es un establecimiento de toda la vida y sus panettones con almendra son una delicia.
  • Emporio Fratelli Carli. En Vía Croix de Ville, esta tienda vende durante todo el año productos típicos de Italia. Y cuando llega la Navidad, los panettones pasan a ser los protagonistas. Elaborados con aceite de oliva, los venden en unos estuches que también son perfectos como regalo.

Comer en Aosta

Al igual que otras regiones italianas, el Valle de Aosta también tiene su gastronomía típica. Entre los platos que se pueden probar en Aosta hay que tener en cuenta los siguientes, muchos de ellos con el queso fontina como ingrediente:

  • Polenta concia. Una receta tradicional que se prepara con harina amarilla que luego se cubre con queso fontina y mantequilla derretida. Los que estén a dieta se lo pueden saltar.
  • Seupa à la vapelenentse. Se trata de una receta antigua, en la que el caldo de carne, la col y el pan duro se mezclan, cómo no, con el queso fontina.
  • Seupetta de Cogne. Otra sopa en la que el queso tampoco falta. En este caso, al caldo se le añaden arroz, mantequilla, pan y nuez moscada.
  • Civet de gamuza. Las recetas con carne de caza son también muy populares en Aosta. Una de ellas es esta con carne de gamuza, hierbas como el laurel y verduras. Se cuece con vino y se acompaña con polenta o patatas.
  • Costillas del Valle de Aosta. Una de las recetas más sabrosas que comer en Aosta. Las costillas se rellenan con queso fontina y jamón cocido. Se empanan y se fríen. Cuando llegan a la mesa solamente queda chuparse los dedos.
  • Café valdostano. Al tradicional café se le añaden especias y licores. Se sirve en un curioso recipiente de madera con pitorros, y cada comensal bebe por uno de ellos.

Entre los muchos restaurantes que hay a lo largo y ancho del centro histórico de Aosta, os recomiendo en el que nosotros cenamos: L’Osteria. Es un restaurante de cocina valdostana en Vía Pretoria. Tiene un interior muy atractivo, sobre todo el comedor del fondo, con un aire totalmente alpino.

Curiosidades del Valle de Aosta

Para cerrar el post, os cuento algunas curiosidades que descubrimos en Aosta. A ver si las conocíais ya o os las descubro ahora.

  • La lengua oficial del Valle de Aosta es el francés (desde el siglo XVI) junto al italiano. En algunas localidades valdostanas se hablan dialectos de raíz germánica, el titsch y el toitschu. Y casi en toda la región se habla el patois, un dialecto franco provenzal. Cómo veréis, este valle es una verdadera torre de Babel.
  • Los perros San Bernardo, esos que socorren a los alpinistas, tienen su origen en el Valle de Aosta. Durante siglos, en la ascensión por los Alpes, existió un refugio en el que desde la Edad Media los monjes y sus perros socorrían a quienes buscaban atravesar la frontera.
  • Este valle italiano es también famoso por sus buenos vinos. Los romanos ya comenzaron a plantar viñas y a fecha de hoy se pueden ver en las laderas de las montañas. El 30% de la producción son vinos blancos, dominando sin duda la producción de los vinos tintos.

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