Qué ver en Burgos en 2 ó 3 días

por Cristina Monsalvo
qué ver en Burgos

Hablar de Burgos es hablar de El Cid, de una de las catedrales más bellas de España y de una rica gastronomía. Tres cosas que animan a muchos a conocer la ciudad en una escapada rápida. Pasar un día en la capital burgalesa y regresar a casa. Pero esta ciudad castellana tiene mucho más que ofrecer. Tanto que para disfrutar de todos los lugares que ver en Burgos con la atención que merecen, mínimo hay que pasar dos días en la ciudad.

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Burgos está tan cerca de ciudades como Valladolid, León o Bilbao que gran parte de quienes visitan la ciudad lo hacen en un viaje de ida y vuelta en el día. Son pocos los que se animan a hacer noche en la ciudad para poder visitar lugares menos conocidos que ver en Burgos. Y sin embargo,  pernoctar esta capital castellana da la opción de disfrutar con más calma de ella, de llegar a rincones que no todos los turistas visitan y de conocer el ambiente nocturno burgales (qué no es poco).

Yo he ido varias veces a Burgos, y las dos últimas veces he estado tres días. Tiempo más que adecuado para llevarse una imagen bastante completa de la ciudad.

Si la visita a Burgos se hace en primavera o verano,  se puede contar con más tiempo de luz para dar paseos junto al río y por el centro histórico. En los meses de otoño e invierno, el sol se pone pronto, hace frío y el mejor plan es, terminadas las visitas a los monumentos con horario, buscar uno de esos bonitos cafés del centro o uno de los modernos bares de la zona de tapas para tomar algo hasta que llega la hora de la cena. Sin olvidar contemplar desde todos los ángulos la Catedral de Burgos iluminada.

Qué ver en Burgos en un fin de semana

Para ver todos los lugares de los que os voy a hablar a continuación se necesitan mínimo tres días en la ciudad. Los museos requieren su tiempo. Y la Catedral, mucho más del que os imagináis. Si no contáis con ese tiempo podéis seleccionar de mi lista aquello que más interesante os parezca, bien por cercanía entre unos lugares u otros o porque para vosotros resulta más atractivo.

De modo que allá vamos, a recorrer esta ciudad en busca de todos esos lugares que ver en Burgos.

Qué ver en Burgos: imprescindibles

Arco de Santa María, la puerta más bella que ver en Burgos

Este arco almenado, frente al puente del mismo nombre, data del siglo XVI. Antes hubo en este lugar otra puerta medieval que fue remodelada con motivo de la visita de Carlos V a la ciudad en su ruta hacia Yuste. Esta puerta fue durante mucho tiempo la entrada principal a la ciudad, y sin duda, la más elegante de Burgos.

Hoy es uno de los lugares que ver en Burgos más fotografiados. En ella aparecen varias figuras de personajes relevantes, entre los que por supuesto no faltan el propio Carlos V y El Cid. Sobre ellas, el Ángel Custodio, protector de Burgos, Santa María la Mayor, patrona de la ciudad.

Esta construcción ha tenido a lo largo de los siglos distintas funciones: cárcel, museo, ayuntamiento. Actualmente se puede visitar de forma gratuita. La primera planta está dedicada a exposiciones temporales y en ella se pueden ver yeserías mudéjares y un gran mural obra de José Vela Zanetti (autor también de los murales que decoran el interior de la sede de la ONU en Nueva York). En una esquina de ese primer piso está la Sala de la Prioridad, lugar de reunión del concejo de Burgos hasta el s. XVIII. No hay que perderse su artesonado mudéjar. En las vitrinas se exponen una copia de la Tizona y un hueso del brazo de El Cid.

En el segundo piso de la construcción hay un pequeño Museo de Farmacia en el que se exponen tarros de la que fue una de las boticas más importantes de España, la del desaparecido Hospital de San Juan.

La Catedral, un imprescindible que ver en Burgos

Pasado el Arco de Santa María se llega a la Plaza Rey San Fernando. Y ahí, tan bella como imponente, la Catedral de Burgos, Patrimonio Mundial de la UNESCO. Se trata de la primera catedral de estilo gótico construida en la Península Ibérica. Entre las muchas curiosidades de las que puede hacer gala, una es que es una de las pocas catedrales del mundo construidas en una ladera.

Su exterior se puede contemplar y disfrutar desde varios puntos. La Plaza Rey San Fernando es el lugar perfecto para apreciar toda la silueta del templo, con sus torres (de perfil) y los cimborrios (uno sobre el crucero y otro sobre la capilla de los Condestables). A esta plaza se abre la Puerta del Sarmental, considerada el primer ejemplo de escultura monumental gótica.

Para ver la fachada principal, hay que ir a la Plaza de Santa María. Desde ella se pueden ver las torres coronadas con la chapiletes que diseñó Juan de Colonia, el rosetón o la galería con los primeros Reyes de Castilla (son copias, los originales están en el Museo de la Catedral).

En cuanto al interior, no hay duda que merece la pena pagar el importe de la entrada para poder visitar la Capilla de los Condestables, la escalera dorada o la de la Concepción con el magnífico retablo en el que Gil de Siloé talló la genealogía de Cristo. También hay que ver dentro de la Catedral el coro, el cimborrio o la tumba de El Cid entre otras muchas joyas de este templo gótico.

Monasterio de las Huelgas, historia de reyes y abadesas

Dando un paseo de una media hora desde el centro de la ciudad, se llega a otro de esos lugares que ver en Burgos y que se cuentan entre sus grandes joyas. Por arquitectura y por historia. Se trata del Monasterio de las Huelgas, fundado en el siglo XII por Alfonso VIII para alojar entre sus muros el panteón real.

Se trata de un monasterio cisterciense en el que aún viven monjas de clausura. Dentro el complejo se pueden ver dos claustros, una capilla mudéjar, la sala capitular y la iglesia. En esta última, con unos muros poco convencionales que separan el crucero y la cabecera del resto de las naves, se pueden ver tapices, el coro y varios sarcófagos reales.

En el Monasterio de las Huelgas se armaba caballeros a los reyes y también se les coronaba, dentro de un edificio en el que se mezclan los estilos románico, gótico, almohade, mudéjar y renacentista.

La entrada a este monasterio es de pago e incluye la visita guiada (obligatoria). No se pueden hacer fotos en el interior, al igual que ocurre en otros lugares como el Palacio Real de Madrid, el de la Granja o en uno de los lugares destacados que ver en Aranjuez, su palacio, todos ellos Patrimonio Nacional.

Cartuja de Miraflores, un lugar inolvidable que ver en Burgos

Otro de los lugares que ver en Burgos que también se construyeron para ser un panteón es la Cartuja de Miraflores. Algo alejada del centro (a unos 4 kilómetros de la Catedral), esta cartuja sigue habitada a fecha de hoy.

Sus monjes cartujos hacen voto de silencio, tras unos 8 años de formación pasan a formar parte de la orden y eligen si ser hermanos (son los que se encargan de los trabajos en la cartuja) o padres (dedicados a la oración). En el pequeño museo de la cartuja, junto a una serie de obras excepcionales, se puede ver una maqueta de cómo es la habitación de un padre cartujo. Esto os lo cuento porque me pareció de lo más curioso.

En cuanto a la iglesia de la Cartuja de Miraflores, que es todo lo que podemos ver en este lugar, deciros que se trata de una construcción de estilo gótico de una sola nave. Dicen que su planta tiene forma de ataúd, algo que refuerza la presencia de pináculos en las esquinas exteriores, algo así como esos velones que se ponían hace tiempo junto a los féretros.

Al fondo de la iglesia, tras pasar el coro de los hermanos y el de los padres, se puede ver el retablo diseñado por Gil de Siloé. Todo en él gira en torno a la crucifixión, y el oro que lo decora fue el que trajo Cristóbal Colón de su segundo viaje a América.

Delante del retablo, el sepulcro de los padres de Isabel la Católica, Juan II e Isabel de Portugal. A la izquierda, el del infante Don Alfonso, hermano de la reina católica. Ambas obras están realizadas en alabastro y talladas con infinidad de detalles.

La entrada a la cartuja es de pago, aunque en este caso se puede visitar de forma libre.

Qué ver en Burgos: iglesias

Hay muchas iglesias en Burgos. Pero de entre todas ellas, hay tres que no os podéis perder. La entrada a cada una cuesta 2 €. Pero existe la posibilidad de comprar por 10 € la pulsera turística que incluye la entrada a la Catedral y de las tres iglesias primeras iglesias de las que os voy a hablar a continuación.

Iglesia de San Nicolás de Bari

Justo por encima de la Catedral, en la que fue principal arteria de la ciudad en el medievo, está una de las iglesias a visitar Burgos: San Nicolás de Bari. Es un templo de estilo gótico con una portada decorada con ángeles, santos y motivos vegetales. En el centro de todo ello, San Nicolás.

El principal motivo para entrar a esta iglesia es sin duda su retablo, probablemente el más bello que ver en Burgos. Es una obra del gótico tardío, y en lugar de estar tallado en madera, este retablo esta realizado en piedra caliza. En su momento estuvo policromado, aunque actualmente queda poco de esa decoración.

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El centro de la obra está ocupado por una figura de gran tamaño de San Nicolás rodeada de escenas de su vida. Por encima, la Virgen en el centro de una rueda de ángeles (nada menos de 162). El resto del retablo está formado por hornacinas ocupadas por santos y escenas religiosas.

Formando parte de la visita, hay que acceder al edificio anexo a la iglesia en el que se aloja un pequeño museo que contiene una de las mejores colecciones de tapices flamencos de Europa.

Iglesia de San Esteban

Esta iglesia, en la parte alta de la ciudad, está muy cerca de otro de los lugares que ver en Burgos, el CAB. Se trata de una obra gótica, un edificio de planta basilical con tres naves. Por encima del coro, un gran rosetón ilumina el interior de la iglesia que se ha convertido no solamente en un lugar a visitar por su arquitectura. También por la exposición de retablos que aloja en su interior.

La creación de este pequeño museo se debe a que los núcleos rurales de la provincia fueron quedando abandonados. Y con ello, las iglesias estaban sin vigilancia y en muchos casos, en estado de ruina. Se recuperaron en algunas de ellas los retablos que ahora se pueden ver en esta iglesia burgalesa.

Iglesia de San Gil

La Iglesia de San Gil se abre al final de una escalinata con una sobria fachada. En su portada, también sencilla, están las imágenes de San Bartolomé, la Virgen y el santo que da nombre al templo. Construida en estilo gótico, el interior presenta planta de cruz latina rodeada por varias capillas.

Esas capillas eran financiadas por familias nobles que querían tener su espacio funerario en la iglesia. Por ello no faltan sepulcros en las iglesias medievales, y en esta hay bastantes de ellos. También buenos retablos, entre los que destaca el de la Capilla de la Natividad, probablemente obra de la escuela de Felipe de Vigarny.

Otra de las obras destacadas de esta iglesia está en la Capilla del Santo Cristo de Burgos, también conocido como Cristo de las Gotas (basta ver la imagen para entender ese sobrenombre). Fue un regalo del Papa Inocencio III a San Juan de Mata.

Iglesia de San Lesmes

Esta iglesia se encuentra en el Camino de Santiago, extra muros de la ciudad, frente a la Puerta de San Juan y al pequeño puente del mismo nombre. Data del siglo XIV y fue construida en estilo gótico. En su interior está enterrado San Lesmes, patrón de Burgos, santo que llegó a la ciudad llamado por la esposa de Alfonso VI, Doña Constanza. Desde su llegada se encargó del hospital de peregrinos y ayudó con cuidados, comida y limosna a los peregrinos que así lo requerían.

Junto a la iglesia se pueden ver una par de esas esculturas que decoran la ciudad y que representan personajes populares ligados a ellas. Se trata de los Gigantillos, un hombre y una mujer ataviados con los trajes típicos castellanos. Unas esculturas de esas figuras que desfilan por la calles de la ciudad en determinadas festividades.

Qué ver en Burgos: museos

Centro de Arte Caja de Burgos CAB

A pocos metros de la Iglesia de San Esteban está el CAB. Es un museo de acceso gratuito dedicado al arte moderno. Cuenta con varios espacios dedicados a exposiciones temporales, una agradable y luminosa biblioteca y un soleado mirador sobre el centro histórico. Desde él se puede ver la Catedral sobresaliendo entre los tejados de la ciudad.

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Museo de la Evolución Humana

Este museo, uno de los que ver en Burgos, forma parte del Complejo de la Evolución Humana junto con el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y el Palacio de Congresos.  Diseñado por Juan Navarro Baldeweg, en el interior del museo los visitantes encontramos un amplio y luminoso espacio.

Dividido en varios niveles, en la planta inferior se recrean los ecosistemas forestales de Atapuerca en las cuatro estaciones. Bajo dos de ellas, en unos espacios en penumbra, se exponen los restos de homínidos encontrados en Atapuerca. Entre ellos destacan la pelvis Elvis, la más completa encontrada hasta ahora, y un cráneo completo al que bautizó como Miguelón en honor a Miguel Indurain, ganador del Tour de Francia en 1992, año en el que se encontró el cráneo.

En el resto de niveles del museo se pueden distintas exposiciones que recrean figuras de homínidos, el funcionamiento de un cerebro o el despacho que Darwin en Londres.

La entrada al Museo de la Evolución Humana es pago, pero los miércoles por la tarde y martes y jueves a partir de las 19:00 horas el acceso es gratuito.

Museo de Burgos, arqueología y bellas artes

El Museo de Burgos ocupa dos palacios contiguos, la Casa de Miranda y la Casa de Íñigo Angulo. La primera de ellas aloja las colecciones de Prehistoria y Arqueología. La segunda, todo lo relacionado con las Bellas Artes.

La entrada al museo ser realiza por la Casa Miranda. Tras pagar la entrada (1 €) se accede al precioso patio de doble altura en torno al que se distribuye el espacio interior del Museo de Burgos. No hay que dejar de ver antes de comenzar la visita el gran mosaico Atalanta y Meleagro que se cuelga en una de las paredes del patio y que procede de la villa tardorromana de Cardeñajimeno.

Una vez dentro del museo se pueden ver las típicas piezas que no faltan en ningún museo arqueológico, como monedas, joyas o cerámica. Tampoco faltan obras pictóricas ni esculturas. De entre todo ello merece la pena prestar atención a algunas obras concretas. Una de ellas es el frente con esmaltes que cubría la tumba de Santo Domingo de Silos. Otra, un curioso estuche de marfil con oquedades, también procedente del Monasterio de Silos.

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En escultura, el sepulcro de Juan de Padilla, paje de la reina Isabel la Católica, es una de las obras destacadas que ver en el museo. Así como el retrato de Fray Alonso de Vítores, de Juan Rizi, considerado uno de los mejores del Siglo de Oro español. Por último, seguro que más de uno quiere ver la espada Tizona. Esa que perteneció a El Cid. Analizado el acero de la espada, parece ser que si pudo ser el arma que llevó El Cid, aunque la empuñadura correspondería a una modificación posterior.

Qué ver en Burgos: plazas, puentes, paseos y miradores

Además de recorrer la ciudad en busca de todos esos lugares destacados que ver en Burgos, merece la pena ir prestando atención a todo lo que encontremos a nuestro paso. Esculturas, edificios, plazas y calles. Esta ciudad castellana atravesada por el río Arlanzón está llena de agradables rincones y plazas ocultas. No hay que tener miedo por perderse. Al final, de un modo u otro, en Burgos todos los caminos llevan a la Catedral.

Calle Fernán González, arteria del Camino de Santiago

Por encima de la catedral se encuentra esta calle que en la época medieval era la principal arteria de la ciudad. Hoy es parte del camino de Santiago a su paso por la ciudad y en ella hay varios lugares que destacar. Uno de ellos sería la Iglesia de San Nicolás de Bari (ya os hablé de ella antes). Muy cerca, en la Catedral, podemos ver la Puerta de la Coronenería. La que la Escalera Dorada dentro del templo une con el crucero.

Muy cerca está el mural Mímesis, de MonkeyBird. Una obra que se realizó para conmemorar los 800 años de la Catedral y en el que aparecen elementos icónicos del propio edificio.

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Caminando hacia el oeste por esta calle se pueden otros lugares como el Arco de Fernán González de estilo herreriano. Se levanto sobre los solares de su casa para perpetuar su memoria. Un poco más adelante, a la izquierda, aparece el Mausoleo del Empecinado. Contiene los restos del guerrillero Juan Martín Díez, héroe de la Guerra de la Independencia Española. Al final de la calle se encuentra el  Arco de San Martín, por el que los peregrinos dejan Burgos para seguir su camino hacia Santiago.

Callejón de las Brujas

Detrás de la Iglesia de Santa Águeda hay un estrecho callejón que durante años permaneció cerrado. Hace unos años se levantaron muros que los separaban de los solares colindantes y en ellos se han pintado varios murales relacionados con la cultura de quienes que vivieron en la ciudad en el medievo: judíos, cristianos y musulmanes.

Mirador del Castillo, las mejores vistas de la ciudad

Desde el CAB se puede subir hasta este mirador por la Calle Arco de San Esteban. De ese modo se puede ver parte de la antigua muralla que rodeaba la ciudad. Una vez arriba, rodeado de un cuidado parque, está la fortaleza de Burgos. Poco queda del castillo de la ciudad, pero tras varias intervenciones arqueológicas, el lugar abrió sus puertas permitiendo ver su patio de armas, su pozo o el museo. Este último ofrece un viaje en el tiempo, viendo como la ciudad se ha ido trasformando con el paso del tiempo.

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A los pies del castillo está uno de los lugares que ver en Burgos más populares gracias a las magníficas vistas que ofrece. Se trata del mirador del castillo. En el suelo, una Rosa de los vientos. Alrededor, un relieve indica que monumento o edificio destacado tenemos frente a nosotros. Como recomendación, lo mejor es ir a primera hora de la mañana o por la tarde, cuando el sol está al este o al oeste y no molesta para hacer fotos a la ciudad.

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Plaza Huerto del Rey, la zona del tapeo en Burgos

Rodeando la Catedral en busca del ábside de la Capilla de los Condestables se llega a una tranquila plaza peatonal, al Llana de Afuera. Desde ella un callejón conduce a la Llana de Adentro, y más adelante, a una amplia plaza rodeada de esas bonitas casas con balcones tan típicos de la ciudad.

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En esta plaza, conocida también como La Flora por la escultura que rodea su fuente central, estuvieron los antiguos palacios del rey Fernando I de Castilla. Hace unos años, el lugar lo ocuparon los locales de marcha y la plaza lo tomaron los más jóvenes de la ciudad. Ahora, gran parte de esos locales se han convertido en bares de copas y son las mesas al aire libre las que reinan en la plaza todas las noches, convirtiendo a la Plaza Huerto del Rey en corazón del tapeo burgalés.

Plaza Mayor y Ayuntamiento

Sin duda es una de las plazas que ver en Burgos. Rodeada de preciosos edificios, soportales y antiguas tiendas, el Ayuntamiento es su construcción más destacada. No dejéis de buscar bajo los soportales que comunican la plaza con el Paseo del Espolón las marcas que indican hasta donde subió el nivel del río en 1784 y 1930.

Paseo del Espolón, para sentirse como un burgalés

Desde que este paseo burgalés se construyó en el siglo XVIII,  ha sido uno de los lugares más frecuentados por la gente de la ciudad. Discurre paralelo al río Arlanzón y aunque hace ya años es un paseo peatonal, antes pasaba por aquí la carretera que unía Madrid con Bayona.

Las casas que se ven durante el paseo ocupan el lugar de la antigua muralla medieval, derribada en 1712. Bajo los edificios, los árboles dan sombra en verano y dejan caer sus hojas en otoño. Tilos, álamos, castaños acompañan a los plátanos de sombra, esos que enlazan sus ramas sobre el paseo.

A lo largo del Espolón van apareciendo fuentes y estatuas. Algunas de ellas proceden de Madrid, de esa colección que debía haber decorado la fachada del Palacio Real madrileño y que terminaron decorando el Parque del Retiro y la Plaza de Oriente. También hay algunas de esas figuras que representan a personajes de la ciudad, como la castañera, muy cerca del Arco de Santa María.

Plaza del Mío Cid

No es esta la plaza más bonita que ver en Burgos. Pero en su centro se alza la estatua ecuestre de El Cid Campeador sobre Bavieca, su caballo. En su mano, la Tizona. Sin duda una obra que plasma toda la fuerza y carisma de este personaje ligado a la historia y la literatura españolas.

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Puente de San Pablo

La estatua de El Cid mira hacia este puente sobre el río Arlanzón. Es uno de los doce puentes que cruzan el río en Burgos, y aunque lleva en este lugar desde el siglo XIII, el puente que podemos ver en la actualidad es el resultado de una ampliación realizada a mediados del siglo XX. Fue entonces cuando se colocaron las estatuas que lo decoran, todas relacionadas con El Cid.

Doña Jimena, su mujer, y Diego Rodríguez, su hijo, son los personajes que se pueden ver más cerca de la Plaza de El Cid. Entre los otros seis que se encuentran sobre el puente no podía faltan Alvar Fañez, sobrino de El Cid y su hombre de confianza.

Casa del Cordón, un palacio que ver en Burgos

Volviendo a la ciudad por la calle Santander, encontramos uno  de los edificios civiles más bellos de la ciudad: la Casa del Cordón o Palacio de los Condestables. Su fachada principal se abre a la Plaza de la Libertad. En ella no faltan los escudos de Pedro Fernández de Velasco y Mencía de Mendoza y Figueroa, los mismos que decoran las Capilla de los Condestables de la Catedral, esa en la que ellos están enterrados.

En este palacio se alojaron todos los monarcas, desde los Reyes Católicos a Felipe V. Imaginad que no verían los muros de esta noble casa. Hoy siguen viendo cosas, pero de otro tipo. El edificio pertenece ahora a CaixaBank, lo que permite entrar en horas de oficina a su patio. Algo que no podéis dejar de hacer, pues sin duda merece la pena contemplar ese patio con tanta historia.

Paseo de la Isla

Para terminar el recorrido por los lugares que ver en Burgos, os voy a hablar del Paseo de la Isla. Si alguno decide ir andando al Monasterio de las Huelgas, puede hacerlo recorriendo en el camino al menos parte de este parque burgalés que va desde el Puente de Castilla al Puente de Malatos.

En este parque hay aproximadamente un centenar de especies arbóreas (perfectamente identificadas), algunas de ellas llegadas de tierras lejanas y exóticas. Entre todos esos árboles, se pueden ver fuentes, arcos y otras obras que a partir del siglo XX fueron embelleciendo este paseo que en otoño está especialmente atractivo con muchos de sus árboles teñidos de tonos ocre.

Si la suerte quiere que se encuentre abierto el recinto del Palacio de la Isla, es otra de las visitas que se pueden hacer en esta parte de Burgos. Se trata de un edificio de finales del siglos XIX en el que el Franco residió durante los dos últimos años de la Guerra Civil Española.

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Qué ver en Burgos: visitas guiadas

No hay duda de que cuando se cuenta con tiempo, la mejor forma de conocer una ciudad es de la mano de quienes más saben de ella: los guías turísticos. En Burgos hay un buen número de visitas guiadas que os ayudarán a conocer más de la historia, la cultura y el arte de la ciudad. Yo os dejo aquí las que para mí son más interesantes.

Cómo veréis, querer ver Burgos en un día es tarea imposible. Esta ciudad tiene tanto que ofrecer que bien merece que quienes llegan hasta ella se animen a pasar al menos un par de días allí. ¿No os parece?

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