Estoy segura de que la mayoría de viajeros, cuando piensan en viajar a Bélgica se plantean conocer ciudades como Amberes, Gante o Brujas, todas ellas en Flandes. Por supuesto, visitar los lugares que ver en Bruselas entran también en los planes de muchos. Pero son pocos los que se platean conocer la región que ocupa el sur del país. Esa en la que se habla francés y en la que las casas de sus pueblos y ciudades recuerdan mucho más a Francia que a las del norte de Bélgica. En este post os voy a hablar de los lugares que ver en Valonia, la región belga injustamente olvidada.
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Descubre Valonia
Por si alguno no ubica Valonia, os la voy a poner en el mapa. Ocupa el sur de Bélgica y hace frontera con Francia, Luxemburgo y Alemania. Es una tierra de bosques y ondulantes colinas. Valonia es tierra de caza (en sus bosques viven corzos, ciervos y jabalíes). También de castillos medievales. De abadías cistercienses, de caudalosos ríos y de pueblos que parecen sacados de un cuento.
En Valonia está Waterloo, lugar en el que Napoleón perdió su última batalla frente a prusianos y británicos. También en Valonia tuvo lugar una de las grandes batallas de la Segunda Guerra Mundial: la batalla de las Ardenas.
En Bruly-de-Pesche, a 10 kilómetros de la frontera francesa, se encuentra uno de los lugares que ver en Valonia: el bunker en el que se refugió Hitler en 1940 junto a sus oficiales para organizar la invasión de Francia.
En Lessines nació el pintor René Magritte. Justine Henin, cuatro veces ganadora de Roland Garros, es natural de Lieja. Y no lejos de esa ciudad nació al final de la Segunda Guerra Mundial el que es probablemente es el deportista más belga más famoso de todos los tiempos, Eddy Merckx.
Cómo veréis, esta región belga tiene una historia nada sencilla y muchos atractivos que la convierten en un lugar que merece la pena conocer antes de que el turismo de masas lo descubra. Yo os animo a ello porque ya no quedan muchos lugares en el que la niebla sobre los campos se pueda disfrutar en soledad, en el que los lugares más interesantes no estén atestados de turistas llegados de todas partes y en el que circular por las carreteras se pueda hacer, en muchas ocasiones, sin cruzarse con otros vehículos durante muchos kilómetros.
Charleroi, el aeropuerto de Valonia
De los dos aeropuertos internacionales de Bélgica el de Charleroi es el que se encuentra en territorio valón. Ubicado a media distancia entre Mons y Namur, su ubicación, en principio, es más favorable para los que quieran hacer un viaje por los lugares que ver en Valonia.
Sin embargo, esto no quiere decir que elegir el aeropuerto de Zaventem, cercano a la capital, no sea interesante. Factores como la variedad de compañías que viajan a él y sus horarios pueden hacer que sea a veces una opción más favorable que Charleroi.
En nuestro caso, cuando empezamos a buscar vuelos a Bélgica para nuestro viaje, vimos que había varias compañías que volaban entre Madrid y Zaventem (entre ellas, Ryanair y Air Europa). Pero sólo una que unía nuestra ciudad con Charleroi, la de bajo coste Ryanair).
Tras comprobar precios y horarios, nos decantamos por volar con Ryanair a Zaventem. El precio era muy similar al que encontramos a Charleroi. Pero los horarios eran mucho más favorables en la primera opción. Y además, nuestro regreso a España era desde Lieja, ciudad que está más lejos de Charleroi que de Zaventem.
Por ello os recomiendo valorar todas las opciones antes de comprar los billetes. Pequeño detalles pueden hacer que os interese más el aeropuerto de Bruselas que el de Valonia. Podéis ver todas las posibilidad y hacer vuestra reserva desde la web en la que yo lo he hecho: Booking.
Qué ver en Valonia
Me gustaría incluir en este post todos los lugares que se pueden ver a lo largo y ancho de Valonia. Pero, de momento, me limito a aquellos que conozco. Los que han formado parte de nuestro primer viaje a esta zona de Bélgica y que han formado parte del mismo por parecernos los más atractivos e interesantes para nosotros.
Los hemos recorrido en un viaje de una semana, en diciembre. Esto último ha condicionado el viaje en varios aspectos. El primero, en organizar la ruta para conocer lo mejor de Valonia en Navidad.
También las horas de luz nos han dado menos tiempo para visitar lugares. En invierno a las 5 de la tarde es de noche en Bélgica, lo que da poco tiempo para conocer ciudades y pueblos con luz. Aun así, siempre hay tiempo para visitar algún museo o disfrutar de otros de los atractivos valones, el chocolate y la cerveza, antes de cenar.
En cualquier caso, vayáis en la época del año que vayáis, estos lugares que ver en Valonia se cuentan entre los más atractivos y destacados de la región.
Colegiata de Santa Gertrudis en Nivelles
Esta inmensa iglesia de estilo románico otoniano (inspirado en las arquitecturas carolingia y bizantina) formó parte de una de las abadías más importantes de Europa. Poco queda de aquel complejo monástico fundado en el siglo VII, pero por visitar esta singular iglesia bien merece la pena hacer una parada en esta ciudad. La imponente fachada occidental de varios pisos está rematada por una torre octogonal y pequeñas torrecillas.
Su sobrio interior tiene una longitud de 102 metros, lo que hace de ella una de la iglesias románicas más grandes del mundo. Al entrar te puedes quedar algo descolocado ya que el templo tiene dos cruceros y dos coros. Curioso, ¿verdad?
Antes de dejar Nivelles en busca de otros lugares que ver en Valonia, hay que rodear la colegiata para visitar el fotogénico claustro y hacer una parada gastronómica para probar el plato típico de la ciudad: la tarta Al d’jote.
Un buen lugar para comer en Nivelles: Taverne L’Union
Mons, la ciudad más bonita que ver en Valonia
Una de las ciudades más bellas que ver en Valonia es Mons. En el año 2015 fue Capital Europea de la Cultura. Gracias a ello se abrieron varios museos en la ciudad y se creo un fabulosa ruta de street art que a fecha de hoy se sigue ampliando.
En el centro histórico hay que dar un paseo por las calles peatonales hasta llegar a la Grand Place, el espacio público más atractivo de la ciudad, con el edificio del Ayuntamiento como gran protagonista. No olvidéis buscar en su fachada la pequeña escultura de un mono. Antes de tocar su cabeza, recordad esa leyenda que dice que si lo hacer encontrarás pareja en ese año o tendrás un hijo. No vaya a ser que alguno se encuentre con algo que no quiere.
Entre los monumentos que ver en Mons están el Beffroi (único campanario barroco de Bélgica) y la Colegiata gótica de Santa Waudru, patrona de la ciudad y protagonista de El Doudou, fiesta declarada Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO. En el Musée du Doudou se puede conocer todo sobre esta fiesta.
Dormir en Mons: Martin’s Dream Hotel
Abadía cisterciense d’Aulne
Se trata de una de las abadías más sugerentes que ver en Valonia, construida en un lugar conocido como Valle de la Paz, junto al río Sambre. Fue fundada en el siglo VII como monasterio benedictino con un nombre que recuerda a los alisos (aulne en francés) que todavía hoy crecen en la zona.
A mediados del siglo XII se convirtió en abadía cisterciense y desde la Edad Media, como en tantas otras abadías de Bélgica, los monjes comenzaron a fabricar su propia cerveza para el consumo diario de los 1.000 monjes que llegaron a habitar el lugar.
La abadía está abierta a los visitantes (entrada de pago). Un recorrido por el complejo permite pasear por el antiguo claustro y los jardines, entrar en los refectorios y sorprenderse junto a la estilizada silueta de la iglesia abacial de estilo gótico. Hay que recorrer todo el complejo para ver también las nuevas construcciones que se levantaron tras los ataques de las tropas francesas a principios del siglo XVI y durante la Revolución Francesa.
Namur, capital de Valonia
Desde 1986, Namur es la capital de la región de Valonia. Un antiguo hospicio alberga actualmente el Parlamento regional, muy cerca del punto en el que el río Sambre desemboca en el río Mosa y a los pies de la Citadelle de Namur.
Es precisamente esta ciudadela, la más grande y antigua de Europa, uno de los lugares destacados que ver en Valonia, región de la que es Patrimonio Excepcional. Las vistas desde ellas dominan la ciudad desde 190 metros de altura. Y bajo la ciudadela, 7 kilómetros de túneles construidos desde el siglo XVI hicieron que Napoleón la bautizara como “la termitera de Europa”.
Dejando atrás esta construcción, solamente hay que cruzar el río Sambre para llegar al centro histórico. Allí, la Place d’Armes está algo “desfigurada” por la presencia de unos grandes almacenes construidos en la década de los 80 del siglo pasado. Pero basta darles la espalda para encontrarse con el Palais des Congrès, el Beffroi y el edificio de La Bourse. La Iglesia Saint-Loup, la Catedral y algunos museos son otros del lugares que visitar en el centro de Namur.
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Dinant, la ciudad del saxofón
Una de las poblaciones más bonitas que ver en Valonia es sin duda Dinant. Su casco antiguo está encajado entre altos peñascos y el río Mosa. Lo forman dos calles paralelas unidades por otras pequeñas calles que terminan bajo las rocas, con pequeños y pintorescos rincones acá y allá.
En lo alto de Dinant está la ciudadela. Para subir a ella se puede elegir entre el funicular o los 408 escalones que parten de un lateral de la Iglesia gótica de Notre Dame, fácilmente reconocible por su campanario en forma de cebolla. No dejéis de entrar a la iglesia porque dentro os espera uno de los tesoros valones: las vidrieras con imágenes de la vida de Jesús y María, en la parte derecha del crucero.
Para entender la cantidad de saxofones que decoran las calles, puentes y plazas de Dinant hay que saber que fue Adolphe Sax, un músico de la ciudad, el que inventó este instrumento. Su antigua casa sirve hoy como pequeño museo dedicado al saxofón.
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Castillo de Walzin
No muy lejos de Dinant, a orillas del río Lesse, está el Castillo de Walzin. Rodeado de uno de esos bosques valones tan atractivos, el castillo tiene sus orígenes en el siglo XI. Desde entonces ha pasado por varias manos y ha sido saqueado en varias ocasiones.
Para verlo aunque sea desde la distancia (es propiedad privada y no se puede visitar), se puede ir en coche (poner en Google Maps Château de Walzin). La ruta lleva por Pont-à-Lesse. Nada más pasar la desviación a Rue de Walzin hay una pequeña esplanada que hace las veces de aparcamiento. Desde allí, se toma el sendero peatonal hasta el Pont de Walzin.
Una vez cruzado, hay que girar a la izquierda y seguir un camino (puede estar embarrado, así que ojo si ha llovido con el calzado que lleváis). Pocos metros más allá empieza a aparecer la silueta del Castillo de Walzin sobre la roca blanca en la que fue construido.
Château de Vêves, un castillo de cuento que ver en Valonia
Conocido en Valonia como el Castillo de la Bella Durmiente, su silueta enmarcada por esbeltas torres y rodeada de cuidadas praderas es sin duda una imagen de cuento de princesas (empoderadas o no).
El Castillo de Vêves es un buen ejemplo de la arquitectura militar del s. XV y la actual estructura se levanta sobre un castillo del siglo VIII. Fue destruido en varias ocasiones, dejando de ser una fortaleza en el Renacimiento, momento en el que el castillo se transformó completamente. Las estancias se siguieron modificando en los siglos siguientes, haciendo más confortables las distintas estancias.
Desde hace varias décadas, el castillo abre sus puertas al público durante el verano y en distintos periodos vacacionales a lo largo del año. Visitar su interior permite pasear entre elegantes muebles y singulares objetos decorativos.
Celles, uno de los pueblos más bonitos de Valonia
No habíamos previsto parar en este pueblo con casitas de piedra y pizarra. Pero la ver desde la carretera su iglesia, decidimos detenernos para visitarla. Fue así como visitamos uno de los pueblos más bonitos que ver en Valonia. Pequeño, rodeado por colinas y bosques, atravesado por una arroyo y con la torre de una de las iglesias románicas más bellas de Bélgica sobresaliendo entre los tejados de las casas.
Si bien fue la Colegiata Saint-Hadelin la que nos animó a parar, dar un paseo por el pueblo o subir por la escalinata del Via Crucis hasta la ermita Saint-Hadelin son otras buenas razones para detenerse en Celles.
Abadía de Orval y la mejor cerveza trapense
Muy cerca de la frontera francesa se encuentra esta abadía, una de las más grandes y famosas de Bélgica. Cuenta una leyenda que cuando una trucha devolvió la alianza que se le había caído al agua a Matilde de Canossa, poderosa señora feudal, la dama decidió construir una grandiosa abadía en agradecimiento. Quiso llamar al lugar Val d’or (Valle de oro) en recuerdo al material del anillo recuperado. Si ponemos al revés es nombre, tenemos Orval, el nombre con el que se conoce a la abadía.
Esta abadía cisterciense tiene una zona privada, finalizada a principios del siglo XX, en la que aún residen los monjes (que siguen elaborando la cerveza que comercializa la abadía y que para mí es la mejor entre todas las cervezas belgas). Los visitantes no podemos acceder a ella, pero si recorrer libremente la antigua abadía en ruinas. En ella se ve la antigua hospedería, el jardín de hierbas medicinales, el claustro y los sugerentes muros, arcos y ventanas de lo que fue la Iglesia de Notre Dame.
También se puede subir hasta la parte alta de la nueva iglesia y visitar el laberinto de pasillos y salas abovedadas bajo el moderno convento. No hay que olvidar acercarse hasta la Fuente Matilde, el lugar donde la leyenda sitúa a la condesa italiana y a la trucha.
Bouillon y el gran castillo feudal que ver en Valonia
Ubicado en un meandro del río Semois, Bouillon es una de las localidades más atractivas que visitar en el sur de Bélgica. Su hilera de casitas junto al río y los bosques que rodean el pueblo crean imágenes de postal. En lo alto, con vistas sobre el río y la ciudad, el Château de Bouillon. Una de las fortalezas feudales más impresionantes que podáis imaginar.
En este castillo se alojó Godofredo de Bouillon antes de partir en el siglo XI hacia la que sería la Primera Cruzada de la cristiandad. Visitar el castillo permite conocer un poco la historia de este personaje y, sobre todo, adentrarse en las entrañas del promontorio sobre el que se levantó la fortaleza. Escaleras que suben y bajan llevan a las torres y las almenas. Pero también a lo que fueron salas de tortura y prisiones. Lugares en las que las paredes no son más que roca excavada por la que se sigue filtrando el agua haciendo que no sea difícil imaginar como puedo ser la vida en este castillo hace algunos siglos.
Antes de dejar el castillo merece la pena dar una vuelta por el Museo de la Escuela. Y una vez fuera de la fortaleza, no hay que dejar de dar un paseo hasta el Pont de Cordemois ni de callejear por las calles a los pies del castillo antes de terminar recorriendo el Quai du Rempart.
Durbuy, la ciudad más pequeña que ver en Valonia
Una de las localidades más bonitas que ver en Valonia es Durbuy. Por su tamaño podría ser un pueblo (pequeño), pero es una ciudad. La más pequeña del mundo.
En el pasado estuvo amurallada y toda la población giraba en torno al Castillo de los Condes de Ursel. Un edificio que sigue dominando la ciudad y del que se consigue la mejor perspectiva desde la orilla del río Ourthe. Es todo lo que se puede ver de este castillo belga, ya que es una propiedad privada y está habitado.
Un paseo por Durbuy no lleva mucho tiempo. Yo diría que la ciudad no tiene ni una docena de calles. Pero todas son encantadoras. Con casitas bajas de piedra, algunas puertas de colores y rincones muy fotogénicos.
Eso sí, la ciudad es bastante turística y gran parte de sus pequeñas casas se han convertido en hoteles, tiendas y restaurantes. Algo que da la oportunidad de ver muchos edificios por dentro pero que en determinados momentos del año puede restar algo de encanto a la ciudad.
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Château de Modave y sus jardines de estilo francés
Este fabuloso lugar es uno de los sitios que no puedes dejar de ver en Valonia. Su origen se remonta a la Edad Media. Fue construido sobre un acantilado y de aquella época solamente quedan un torreón y algunos elementos arquitectónicos.
Parte del Castillo de Modave fue destruida en el siglo XVII. Eso dio lugar a una cuidada restauración que cambió el aspecto del edificio, pasando de ser una fortaleza a convertirse en una lujosa residencia de ocio. Visitar el castillo permite recorrer 25 estancias perfectamente amuebladas y decoradas.
Nosotros lo hemos visitado en Navidad y es un espectáculo que sin duda os recomendamos y que nos ha recordado muchos a los Castillos del Loira en Navidad. Cada salón, comedor o pasillo se decora en diciembre de forma individual como si realmente alguien estuviera allí celebrando las últimas fiestas del año.
Si bien la entrada al castillo es de pago, los jardines y el parque de estilo francés que lo rodean están abiertos al público, de forma gratuita, durante el horario de apertura del castillo.
Lieja, la ciudad ardiente
Lo primero, por si os preguntáis de dónde le viene este sobrenombre a la ciudad más grande que ver en Valonia, contaros que a Lieja se la conoce como “la ciudad ardiente” por una novela de caballería de Henry Carton de Wiart publicada a principios del siglo XX.
Ya en el siglo XXI, Lieja es sin duda una de las ciudades más interesantes de Bélgica. El carácter especialmente alegre de los liejenses hace que recorrer la ciudad sea muy agradable. En cualquier museo, tienda o restaurante te encuentras con alguien que te regalará una sonrisa con facilidad.
Si a esto sumamos los museos de la ciudad, el impresionante Palacio de los Príncipes Obispos, la fabulosa Catedral gótica de San Pablo, la calidad de sus restaurantes y los laberínticos callejones a los pies de la Montagne de Bueren tendremos algunas de las muchas razones que hacen de Lieja una ciudad irresistiblemente atractiva y singular.
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Villers la Ville y la abadía más impresionante de Bélgica
Cómo no hay dos sin tres, tengo que mencionar otra abadía cisterciense en ruinas entre los lugares que ver en Valonia. Fundada en el año 1146, estuvo habitada durante 650 años, tiempo en el que se construyeron edificios en distintos estilos arquitectónicos.
Antes de ser destruida durante la Revolución Francesa, la Abadía de Villers la Ville fue uno de los complejos monásticos más grandes de Bélgica. Se conservan nada menos que 50.000 m2 de muros de la abadía, lo que hacen de ella uno de los complejos arqueológicos más grandes del país.
Nunca fue reconstruida, quedando cubierta por la vegetación y los años de olvido. A mediados del siglo XIX, la construcción de una línea férrea llevó al lugar a los primeros turistas. En el siglo XX se consolidaron los muros y hoy es posible recorrer gran parte del complejo con total seguridad.
Destacan en la abadía (en la que también se elaboraba cerveza) el claustro, los ochos jardines y la gran iglesia gótica en la que uno se siente muy pequeño comparado con al altura de sus arcos y lo que queda de sus naves.
No olvides tomar una cerveza de esta abadía en el Bistro de l’Abbaye, bajo las bóvedas de piedra de un antiguo molino
Qué ver en Valonia: transporte
Después de haber recorrido esta región creo que hacerlo en coche es la mejor forma de viajar por Valonia. Aunque muchas ciudades están comunicadas por tren, contar con un vehículo particular ofrece la posibilidad de viajar sin depender de horarios concretos ni de otros transportes necesarios algunas veces entre las estaciones de tren y las ciudades.
Yo os recomiendo sin duda alquilar un coche para recorrer Valonia. Nosotros lo alquilamos en Booking. Encontramos diferentes ofertas y finalmente reservamos nuestro coche para 6 días por 200 €.
Aquellos que prefieran viajar por Bélgica en tren, encontrarán una buena red ferroviaria en el país. En la web de Belgian Train está toda la información sobre rutas, horarios y también algo muy importante: tarifas y ofertas especiales. También puedes informarte sobre todo tipo de transporte en Bélgica en Omio.
