Villers-la-Ville: la abadía más impresionante de Bélgica

por Cristina Monsalvo
qué ver en Valonia

Muros que se elevan hacia el cielo, ventanas que no son barrera, tumbas olvidadas. Así es la imponente abadía de Villers-la-Ville. Un monasterio cisterciense en el que se detuvo el tiempo durante la Revolución Francesa y cuyos antiguos edificios vuelven a tener vida gracias a los visitantes que llegan a un lugar que ya atrajo hace un par de siglos a muchos escritores y artistas románticos.

La abadía de Villers-la-Ville es uno de los lugares más fascinantes que ver en Bélgica. Su enclave, su historia y sus ruinas se unen para ofrecer a los viajeros un lugar único. No es esta abadía la única cuyas ruinas se pueden visitar en este pequeño país europeo. Las abadías cistercienses de Orval y de Aulne se cuentan también entre los lugares que ver en Valonia. Y la abadía benedictina de San Bavón es otro monasterio en ruinas que ver en Gante, en la región de Flandes.

Dónde está Villers-la-Ville

Esta abadía está en el centro de Bélgica. A tan solo 14 kilómetros del aeropuerto de Charleroi, a 50 kilómetros de Bruselas y  a 32 kms de Namur.

Llegar a este lugar en coche es la opción más rápida y cómoda. Hay un parking junto a la abadía de Villers-la-Ville.

Quienes no dispongan de vehículo propio, pueden ir en tren hasta Villers-la-Ville. No hay trenes directos desde ninguna gran ciudad (excepto Charleroi). Siempre habrá que hacer al menos un transbordo, generalmente en Ottignies. Una vez en nuestro destino, aún habrá que caminar casi 2 kilómetros para alcanzar la abadía.

Historia de la abadía cisterciense de Villers-la-Ville

Esta abadía la fundaron monjes de Clairvaux (Francia) a mediados del siglo XII. Comenzaron a construir su abadía románica gracias a los materiales que les facilitó el caballero Gauthier de Marbais. Por aquel entonces, eran solamente 17 los monjes del monasterior.

Solamente 100 años más tarde, la abadía de Villers-la-Ville contaba ya con 400 monjes y 10.000 hectáreas de terreno. Además, las construcciones principales del conjunto monástico se habían ido transformando para adaptarse al recién llegado estilo gótico.

A principios de siglo XVI  comienza en la abadía un periodo de decadencia. La Guerra de los 80 años hizo que los monjes abandonaran su hogar por motivos de seguridad, resultando las construcciones de la abadía dañadas y expoliadas.

En el siglo XVIII parecía que la abadía volvía a florecer. Los edificios medievales se reforman en estilo neoclásico y se construye un palacio con amplios jardines. Pero la alegría no duró mucho. Durante la Revolución Francesa los monjes fueron expulsados y la abadía saqueada.

Villers-la-Ville

Desde entonces, el lugar cayó en el olvido. La vegetación creció cubriendo los edificios. Sus materiales fueron robados y vendidos. Parecía que la abadía de Villers-la-Ville nunca volvería a ser objeto de devoción ni admiración.

Sin embargo, durante el siglo XIX, este magnífico lugar que podemos ver en Valonia se convirtió en un lugar frecuentado por artistas románticos. Víctor Hugo, por ejemplo lo visitó nada menos que en cinco ocasiones. También en ese siglo se construye una línea de ferrocarril, la que une Ottignies con Charleroi. Es el momento en el que llegan los primeros turistas a la abadía.

Villers-la-Ville

Es a partir de entonces cuando comienzan las obras de restauración de la impresionante abadía de Villers-la-Ville. Gracias a esa recuperación, el conjunto es declarado Monumento Histórico y Patrimonio Excepcional de Valonia. Visitarlo ahora, en el siglo XXI, permite conocer una de las ruinas más magníficas, bellas y románticas del viejo continente mejor que nunca ya que en los últimos años se han habilitado para la visita espacios que hasta ahora habían permanecido cerrados.

Visitar la abadía: horarios y precios 2024

La abadía abre todos los días del año excepto 24,25,31 de diciembre y 1 de enero. La última entrada es una hora antes del cierre.

  • De noviembre a marzo abierto de 10:00 a 17:00 horas.
  • De abril a octubre de 10:00 a 18:00 horas.

Las tarifas para visitas no guiadas a la abadía las que os indico a continuación. Admiten tarjeta para le pago de las entradas y se adquieren en el edificio que está justo frente al parking.

  • Adultos 10 €.
  • Mayores de 65 años y estudiantes 8 €.
  • Niños entre 6 y 12 años 4 €.

Hay precios especiales para grupos, se admiten perros atados y hay zonas a las que no pueden acceder personas con problemas de movilidad (en otras, hay ascensores que les facilitan el recorrido).

Comer en la antigua abadía

Una buena opción para comer antes o después de la visita a la abadía es el Bistro de l’Abbaye. Ocupa un sótano abovedado que se cree pudo ser la casa del molinero. También fue bodega. Y ahora es un lugar perfecto para un desayuno o comida informal con algunos paltos típicos de la gastronomía belga. Es también el sitio ideal para tomar una cerveza de abadía de la marca Villers-la-Ville.

Qué ver en la abadía

La visita a las ruinas de la abadía de Villers-la-Ville dura aproximadamente una hora. Nosotros tardamos bastante más porque nos parecía tan fascinante todo lo que nos íbamos encontrando que no podíamos parar para disfrutar de cada rincón, para preguntarnos como pudo ser en sus tiempos gloriosos o que función podía tener cada espacio.

El recorrido comienza en el edificio en el que se adquieren las entradas. Allí mismo hay un exposición que explica la historia de la abadía y como era la vida de los monjes cistercienses.

Desde ese edificio se sale al exterior para recorrer una pasarela en la que los rosales de especies anteriores al siglo XIX florecen (cuando es temporada, nosotros los encontramos sin una sola rosa, era diciembre) junto a la línea del tiempo. Un recorrido en el que se mezclan la historia de la abadía con otros acontecimientos importantes que sucedían en el mundo en cada momento.

Al final de ese sendero, se cruza la carretera por un paso elevado. Unas escaleras (o un ascensor) llevan a nivel del suelo y de las diferentes construcciones de la abadía de Villers-la-Ville.

Repartidos entre los muros semi en ruinas del cenobio aparecen cuidados jardines. Réplicas aproximadas de aquellos que pudieron cuidar los monjes durante su vida en la abadía.  En total son 8 los jardines que se pueden visitar. Los hay medicinales, ornamentales y también con frutales. El conjunto de todos ellos forma parte del Patrimonio Excepcional de Jardines en Valonia.

villers-la-ville

En cuanto a los edificios que se reparten en el recinto de la abadía podemos dividirlos en dos áreas principales. Por una lado quedarían la hospedería o los talleres, frente a lo que hoy es una gran pradera. Una pequeña muestra de las muchas construcciones que formaban parte de la abadía y que estaban dedicadas a los trabajos artesanos o a la fabricación de pan o la elaboración de cerveza.

Luego estarían los edificios dedicados a la vida monacal. El claustro, el refectorio, la biblioteca y las celdas de los monjes. Parte de todo ello sigue en pie. Hay que tener algo de imaginación, pero no es complicado situar cada lugar. En todos esos lugares hay paneles explicativos que ayudan a entender lo que estamos viendo.

Por último, al final de todo el complejo, se encuentra el lugar más fascinante que se puede ver en la abadía de Villers-la-Ville. Su iglesia gótica, con muros que alcanzan los 90 metros de altura.

Villers-la-Ville

Parte de sus tres naves, sustentadas por columnas, siguen el pie. Aún se conservan muchas ventanas ojivales, esas que antaño debieron estar cubiertas por vidrieras y en la que ahora, el cielo y la vegetación, son quienes las adornan y dan color.

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Antes de terminar, dejaros un consejo. Daros tiempo para recorrer esta abadía, cuando parezca que no queda más por visitar, aparecerá el vano de una puerta que os llevará a alguna imponente sala o un espacio abierto desde el que tendréis una perspectiva distinta del complejo. Tampoco olvidéis visitar el Jardín del Abad. Aunque en invierno resulta algo triste estoy segura que con la llegada de la primavera, cuando todo en él florezca, debe ser una verdadera maravilla visitarlo.

Villers-la-Ville

Dormir en Villers-la-Ville

Si por una razón u otra os cuadra hacer noche en Villers-la-Ville, sabed que no hay muchos alojamientos cerca de la abadía. Por ello es aconsejable, sobre todo en temporada alta, reservar con antelación.

Os dejo aquí un par de sugerencias que me parecen perfectas para pernoctar en esta parte de Bélgica. A través de los enlaces podréis ver toda la información de esos alojamientos y hacer vuestra reserva a través de Booking. Recordar que cuanto más reservas haces a través de ese buscador, mejores precios puedes conseguir con su programa Genius.

  • Domaine du Bois d’Hez. Este alojamiento se encuentra a 2 kilómetros de la abadía. Los dueños hablan español y la casa está en un entorno privilegiado. Ofrecen diferentes tipos de desayuno.
  • Les Gîtes Ecosphère. Si preferís un apartamento, este a 5 kms de la abadía, con capacidad para cuatro personas, es sin duda un buen opción para dormir cerca de Villers-la-Ville.

Espero haberos convencido para conocer este increíble lugar en la región de Valonia. La parte más desconocida de Bélgica en la que os esperan más de un secreto como este del que os acabo de hablar.

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