Si estás pensando viajar a Turín, no creas que en uno o dos días vas a tener tiempo para conocer bien la capital de Piamonte. Palacios, plazas, jardines, arte barroco, legado del Imperio Romano y fascinantes museos son solamente algunas de las cosas que ver en Turín. Si dispones de poco tiempo, tendrás que ser muy selectivo. Pero si te puedes permitir pasar cuatro o cinco días en la ciudad, te aseguro que estarás muy ocupado recorriendo la que sin duda es una de las ciudades más elegantes de Italia.
Índice del artículo
Qué ver en Turín: visitas guiadas
Una de las mejores formas de sacar buen provecho a la estancia en cualquier ciudad y descubrir de la mano de los mejores guías cada lugar son las visitas guiadas. Entre las muchas que ser realizan para conocer los mejores lugares que ver en Turín, creo que estas que ahora os menciono son de las más completas e interesantes. Todas son en español y tienen una duración mínima de 2 horas. Si quieres conocer todos los detalles de cada una de ellas y hacer tu reserva, solamente tienes que pinchar en los enlaces en verde.
- Tour del Barroco por Turín
- Tour por los cafés históricos de Turín
- Free tour por Turín
- Tour de los misterios y leyendas de Turín
- Free tour histórico por Turín
- Tour de magia negra y artes oscuras en Turín
Qué ver en Turín: imprescindibles
Si vais a estar poco tiempo en Turín, estos son los lugares que os aconsejo no perderos. Para el acceso a la mayoría de ellos hay que pagar entrada. Por ello, merece la pena adquirir la Torino+Piemonte Card. La tarjeta turística que da acceso a la mayoría de lugares que ver en Turín ahorrando muchos euros. La hay de 1,2,3 y 5 días.
Piazza Castello
Se trata de la mayor plaza de Turín, y se encuentra en el corazón de la ciudad. Rodeada de palacios, iglesias y del primer turinés (la Torre Littoria), en esta plaza confluyen las principales arterías del centro. Es imposible no pasar por ella en más de un momento durante la visita a la ciudad.
Palacio Real, un gran museo que ver en Turín
El edificio que mandó construir Carlos Manuel I a principios del siglo XVII y que se convirtió en la residencia real de los Saboya. Su interior alberga los Musei Reali (entrada de pago) que permiten a los visitantes recorren algunas de las antiguas estancias palaciegas, subir por la fabulosa escalera de honor, conocer la Cappella della Sindone (construida para albergar la Sabana Santa) y descubrir la atractiva Armeria Reale, tanto por su contenido como por la propia sala que la aloja.
El acceso, tanto al patio delantero que se abre a la Piazza Castello como al patio de honor y los Giardini Reali, está abierto a todos los visitantes de forma gratuita.
Palazzo Madama
También en Piazza Castello está este otro palacio de los Saboya. La entrada es de pago y da acceso al Museo de Arte Antiguo cuya colección se reparte por las salas del palacio. Sin embargo, lo que convierte al Palazzo Madama en un imprescindible que ver en Turín son, por un lado la fabulosa escalera barroca diseñada por Juvarra (uno de los arquitectos que dejaron mayor huella en la ciudad). Y por otro, las fabulosas vistas de la ciudad con los Alpes al fondo que se tienen desde una de las torres del antiguo castillo medieval que hubo en el emplazamiento del actual palacio.
Iglesia de San Lorenzo
Cruzando la Piazza Castello desde el anterior palacio, se llega a una de las más bellas y fascinantes iglesias que ver en Turín. Fue construida en el siglo XVI para albergar la Sábana Santa a su llegada de Francia. Entonces era la pequeña capilla que se conserva a la derecha de la entrada principal. Una escalinata lleva hasta el altar en el que estuvo la reliquia más famosa del mundo. Por el centro, los fieles subían de rodillas, bajando por los laterales de la misma.
Un siglo más tarde, Guarini, otro de los arquitectos ligados a Turín, diseñó la nueva Iglesia de San Lorenzo. Un templo de planta octogonal rematado por una cúpula pero está considerada la obra maestra del arquitecto nacido en Módena. Para entrar en él hay que cruzar una segunda puerta. Y preguntar al personal del templo por el acceso a la sacristía. En su interior se pueden ver réplicas a tamaño natural de la Sábana Santa, así como algunos de los objetos relacionados con la crucifixión de Cristo.
Catedral de San Juan y la Sábana Santa
Este templo atrae cada año a miles de fieles cuyo objetivo es rezar ante la Sábana Santa. Es en la Catedral de Turín, única iglesia renacentista de la ciudad, donde se encuentra ahora la famosa reliquia, en una altar al fondo de la nave izquierda.
La reliquia no se puede ver. Tan solo unas reproducciones de la misma a gran tamaño. El original está en un altar, cubierto por una tela y protegido tras unos cristales, a una temperatura ambiente constante que no dañe el tejido de la sábana.
En la pequeña tienda del interior de la Catedral venden postales y otros objetos relacionados con la reliquia. Además, la dueña es muy amable y si muestras un poco de interés te contará algunas curiosidades. Como que al parecer, a veces, la Sábana Santa puede no estar en ese lugar ante el que todos guardan silencio y rezan. ¿Cierto? No os puedo decir más que lo que me contaron.
Santuario della Consolata
Rodeada por las estrechas calles del Quadrilatero Romano está la Piazza della Consolata. Un agradable espacio peatonal en el que se encuentra la iglesia más querida por los turineses. Se construyó sobre un antiguo templo del que solamente se conserva la torre, único vestigio románico que ver en Turín.
El acceso a este santuario es gratuito, y si se quiere ver completo hay que acudir no solamente cuando la iglesia está abierta (casi todo el día). Es importante consultar el horario en el que se abren las rejas interiores que dan acceso a las capillas que rodean el altar mayor. Un pequeño laberinto de entradas y salidas en las que sepulcros, exvotos y esculturas comparten espacio.
No hay que perderse la sacristía ni la Cappella delle Grazie, a la derecha de la entrada, pero a un nivel inferior que el templo principal. Es obra de Guarini, al igual que la cúpula del santuario.
Piazza San Carlo, la más elegante que ver en Turín
Antes llamada Piazza Reale, esta plaza es probablemente la más atractiva que ver en Turín. Sus pórticos alojan las tiendas de los más prestigiosos diseñadores de moda. El centro de la plaza está ocupado por la gran escultura del Duque Manuel Filiberto (el que mandó trasladar la Sábana Santa a Turín). Y tras él, dos iglesias gemelas: Santa Cristina y San Carlo Borromeo.
Del norte de esta plaza parte Via Roma. Una de las más elegantes de ciudad. Aquí los pórticos, esos tan presente en todo el centro de Turín, siguen siendo la entrada a las mejores boutiques de la ciudad. También desde Via Roma se accede a una de las más atractivas galerías comerciales turinesas: la Galleria San Federico. En su interior hay un cine, elegantes tiendas y una gran cúpula.
Dejando la plaza por el sur, entre las iglesias, se llega a una sobria plaza de estilo racionalista: la Piazza CLN. Poco tiene que ver este lugar con el resto de la elegante Turín. En lo que sería la parte posterior de la iglesias que se abren a Piazza San Carlo están las fuentes con las esculturas que representan a los ríos Po y Dora.
Palazzo Carignano
No muy lejos de la anterior plaza hay dos plazas (Carignano y Carlo Alberto) separadas por uno de los más interesantes palacios que ver en Turín. En realidad son dos palacios. El que da a la primera de las plazas que he mencionado es obra de Guarini. Una construcción de ladrillo, con líneas sinuosas y una gran paso para carruajes.
En su interior están los Apartamentos de los Príncipes. Solamente se puede acceder con visitas guiadas (incluidas en el Torino+Piamonte Card) para recorrer algunas salas y subir por la soberbia escalera palaciega.
La otra parte del palacio, a la que se accede desde Piazza Carlo Alberto, tiene una fachada de piedra blanca y en su interior está el Museo Nazionale del Risorgimento.
Museo Egizio, el más deseado que ver en Turín
La razón principal por la que yo quería viajar a Turín era conocer su Museo Egizio, el más antiguo del mundo dedicado a la cultura egipcia. Una colección de arte procedente de Egipto solamente superada por las que se exponen en ese país.
La entrada es de pago (incluida también en la tarjeta turística de Turín), y el acceso a este museo, que abrió sus puertas en 1824, permite recorrer salas ocupadas por objetos de diversas excavaciones. Repartidas por cinco plantas, las colecciones de este museo turinés permiten al visitante ver sarcófagos, momias, arte nubio, colosales esculturas y hasta un templo donado por el gobierno de Egipto por la ayuda italiana en la construcción de la presa de Asuán.
Mole Antonelliana y el Museo del Cine
A corta distancia de Via Po se encuentra una de la estructuras arquitectónicas más singulares que ver en Turín. Su cúpula sobresale sobre los tejados de la ciudad desde 1889, y lo que iba a ser la sinagoga turinesa terminó siendo el Museo Nazionale del Cinema.
La mejor forma de contemplar esta mole (realmente hace honor a su nombre) es desde la distancia. Desde cerca, al estar encerrado el edificio entre otras construcciones, cuesta conseguir una buena perspectiva. Pero sin duda merece la pena llegar hasta él y entrar en un museo que ofrece un viaje por la historia del cine. Desde su orígenes hasta recientes producciones italianas.
Hay estancias que reproducen escenas de películas, trajes, carteles, fotografías. Incluso se proyectan escenas de clásicos del cine. La luz y el color son parte del espectáculo que tiene lugar de forma continuada dentro del museo. No hay que dejar de ascender por la Rampa Elicoidale ni de abandonar la Mole Antonelliana por la escalera, pues en algunos tramos hay buenas vistas de la ciudad. Aunque no tan buenas como las que se tienen desde la terraza a 85 metros de altura, a la que se llega en una ascensor panorámico. Esto último nos lo perdimos, pues estaban en proceso de restauración.
Otros lugares que ver en Turín
Ahora os amplio la lista de lugares que ver en Turín con otros que, si tenéis tiempo, bien merece la pena conocer. Algunos están en el centro. Otros a poca distancia, pero nunca a tanta como para considerar que están en los alrededores de la ciudad.
Caffé Reale Torino
En una esquina del patio de honor del Palacio Real, en el lugar que antaño estuvo la frutería palaciega, se encuentra ahora uno de los más bellos cafés que ver en Turín. Sus pequeños salones están decorados con muebles de época y el servicio de mesa lo forman finas porcelanas y objetos de plata. Aunque no vayáis a tomar nada, os recibirán encantados.
Biblioteca Reale
Ya que uno llega a la Piazza Castello, merece la pena curiosear unos minutos en la biblioteca que formó parte del palacio. Ahora su puerta está abierta a todos los visitantes, justo a la derecha de la verja que separa el palacio de la plaza. El acceso es gratuito, y aunque solamente se puede acceder a una parte del edificio, su estructura y elementos decorativos hacen que merezca pena conocer esta biblioteca que guarda el famoso autorretrato de Leonardo da Vinci.
Monumento a Emanuele Filiberto de Saboya
Sin abandonar al plaza, rodeando el Palazzo Madama, se llega a este imponente monumento que rinde homenaje a Emanuele Filiberto de Saboya. Conocido como el duque invencible, héroe de la Primera Guerra Mundial, se le representa en el centro de un conjunto escultórico de bronce levantado sobre una base que representa una trinchera.
Fuentes del torèt, algo curioso que ver en Turín
El toro es el símbolo de esta ciudad italiana. Decora farolas y también fuentes. Estas últimas están repartidas por toda la ciudad y si te descuidas, pueden pasar desapercibidas. Una de ellas esta a la izquierda de la fachada del Palazzo Madama. Lo mejor de todas es que de la boca del toro brota agua fresca y potable.
Porta Palatina, arte romano que ver en Turín
Dejando la Piazza Castello, hay que poner rumbo a uno de los barrios más pintorescos que ver en Túrin: el Quadrilatero Romano. Justo a la entrada del mismo, al fondo de un recinto ajardinado, está la Porta Palatina. Única superviviente de la cuatro que tuvo la antigua colonia romana de Julia Taurinorum.
A mí, a primera vista, me recordó a la Porta Nigra, uno de los lugares que ver en Trier (Alemania). Tardé poco en decidir que era la nevada que caía en Turín en ese momento la que me hizo encontrar parecidos. Pues la realidad es poco tienen que ver una con la otra.
De camino hacia este lugar, al pasar delante del recinto del Palacio Real que da a Via XX Settembre hay que asomarse para atisbar algunos restos del Teatro Romano que hubo en la colonia romana.
Iglesia de San Doménico
Aunque pasamos dos veces por delante de esta iglesia en el Quadrilatero, no conseguimos acceder a su interior. A pesar de ello, y por las fotografías que he visto de su interior, os recomiendo intentar entrar en ella. Es la única iglesia medieval que se conserva en Turín y los frescos de si interior son del siglo XIV.
Al Bicerin, un café que ver en Turín
Frente al Santuario della Consolata se encuentra este pequeño café histórico de Turín. Abrió sus puertas en 1763 y por el han pasado desde entonces nobles, artistas y miles de turistas. El interior es pequeño, con mesitas de mármol, tarros de dulces y mucha madera. ¿La razón para visitarlo? Fue aquí donde nació el bicerin, una bebida típica de Turín: café, chocolate casero y crema de leche. Se toma sin remover. Eso sí, el local ya os adelanto que no es barato. Así que si no queréis gastar, os podéis conformar con ver su fachada y curiosear por sus ventanas.
Piazza Palazzo della Citta
En esta plaza, corazón del Quadrilatero, que fue conocida hace siglos como Piazza delle Erbe, se encuentra el Ayuntamiento de Turín (no hay que perderse su patio). Una vez al mes, tiene lugar en esta plaza un mercado de frutas y verduras, alrededor de la estatua de Amadeo VI de Saboya matando a un infiel.
Quadrilatero Romano,
Os he mencionado algunos lugares que ver en este barrio de Turín. Además de ellos, merece la pena vagar sin rumbo por las calles de este barrio que ha pasado de ser marginal a convertirse en el barrio de moda de la ciudad. Tiendas de diseñadores, hoteles boutique y agradables restaurantes han llenado las calles del lugar que hace siglos habitaron los romanos. No falta en este barrio una de esas galerías comerciales repartidas por la ciudad. La del Quadrilatero, llamada Galería Umberto I es más pequeña que otras de la ciudad y también, no vamos a engañarnos, menos atractiva.
Piazza Solferino
Al sur del anterior barrio se encuentra una de las grandes plazas de Turín. Rodeada de elegantes edificios entre los se cuenta el Teatro Alfieri, un paseo por ella permite ver la curiosa escultura ecuestre de Fernando de Saboya, un sencillo reloj de sol o la Fontana Angelica en la que se representan las cuatro estaciones.
Palazzo Làscaris
Muy cerca de la anterior plaza, en el número 15 de Via Vittorio Alfieri, está este palacio del siglo XVII que a lo largo del tiempo ha sufrido distintas remodelaciones. Actualmente aloja las oficinas del Consiglio Regionale del Piemonte, por lo que no se puede acceder. Pero si pedís con amabilidad que os dejen entrar al patio, es más que probable que os lo permitan. Nosotros pudimos entrar y como en tantos otros patios palaciegos de la ciudad, merece la pena asomarse aunque sea para una breve visita.
Palazzo Asinari di San Marzano
De un palacio que ver en Turín, a otro. Porque esta ciudad es así. Palacio tras palacio. Grandes puertas que eran entradas para carruajes. Patios interiores. No siempre se puede acceder a ellos, pero, como en el caso del Palazzo Asinari di San Marzano, no hay que dejar de asomarse hasta donde esté permitido.
El exterior de este palacio es reconocible por sus ventanas con frontones triangulares y el balcón sobre Via Maria Vittoria, con barandilla de hierro forjado. Pero sin duda, lo más destacado de este palacio que ahora pertenece a la familia Carpano, herederos de aquel joven que inventó el vermut, es su atrio decorado con columnas salomónicas.
Piazza Carlina, un lugar con historia que ver en Turín
Basta seguir desde el anterior palacio caminando hacia el este para llegar a una de las plazas turinesas. Aquí hubo una mercado de vino, otro de vino e incluso uno de madera. Durante la ocupación francesa, la guillotina estaba instalada en la plaza. Así que el pasado del lugar no es precisamente agradable. Por suerte ahora es un bonito espacio rodeado de cafés, bares y restaurantes.
Via Po, una gran artería que ver en Turín
Esta amplia vía une Piazza Castello con Piazza Vittorio Veneto. Es una calle con soportales. En el lado norte, incluso están cubiertos los cruces con otras calles. La razón es que era por ese lado por el que los Saboya recorrían la ciudad y no querían mojarse en ningún caso.
La calle es comercial, cuenta con paradas de tranvía y suele estar muy transitada. Resulta entretenido caminar por ella pues aquí y allá hay alguna tienda curiosa, la entrada a un palacio o un agradable café. Si la recorréis entera, os recomiendo entrar en el Palazzo Accorsi. O al menos en su patio. Pintado de intenso amarillo, es un espacio con mucho encanto y muy tranquilo a pesar de estar en plena Via Po. El interior de este palacio aloja el Museo de Artes Decorativas.
Galleria Subalpina
Al comienzo de Via Po se encuentra otra de las galerías comercial que ver en Turín, que tiene salida por el otro lado a Piazza Carlo Alberto. Tiene dos niveles, aunque solamente se permite el acceso al primero. Hay varias tiendas alrededor, bajo una cubierta de hierro y vidrio. En Navidad se decorada de forma especial.
Muy cerca de esta galería están dos de los cafés históricos de Turín: Caffè Mulassano y Caffè Fiorio.
Piazza Vittorio Veneto
Es la plaza más grande que ver en Turín. Con zonas peatonales y muchos locales de restauración repartidos por el perímetro, esta plaza está muy animada las noches de los fines de semana y las mañanas del domingo. Aunque su gran tamaño hace que se pierda un poco el concepto de plaza, merece la pena atravesarla para llegar al río Po.
Chiesa della Gran Madre di Dio
Antes de cruzar el Po por el Ponte Vittorio Emanuele I, ya se distingue la silueta de esta iglesia, inspirada en el Panteón de Roma. Fue levantada para conmemorar el regreso a la ciudad de rey tras la retirada de las tropas de Napoleón. Pero sobre esta iglesia hay cosas curiosas que contar. Como esa historia que dice que en ella se encuentran las claves para dar con el Santo Grial. O esa otra que convierte a Turín en vértice de dos triángulos, uno de magia blanca y otro de magia negra. ¿Lo sabías?
Villa della Regina, un palacete que ver en Turín
Caminando colina arriba desde la iglesia, o bien en autobús, se llega a una de las más bonitas residencias que los Saboya tuvieron en Turín. Su ubicación regala preciosas vistas de la ciudad. Y mientras su interior barroco acerca a la vida cortesana de los Saboya, sus jardines, grutas, fuentes y viñedos forman un atractivo conjunto que rodea la villa.
Monte dei Cappuccini
Un paseo de algo más de un kilómetro lleva desde Villa della Regina a este fantástico mirador sobre Turín con el río Po en primer plano. Las vistas son geniales (corresponden a la foto de portada de este post) y merece la pena la caminata. En este cerro está la Iglesia de Santa María al Monte.
Ponte Umberto I
Para volver al centro de la ciudad, lo mejor es cruzar por el puente más bonito de los seis que atraviesan el río Po a su paso por Turín. Es muy fácil reconocer este puente gracias a las cuatro estatuas de sus esquinas. Representan el Arte, el Valor, la Industria y la Piedad. Las vistas del Monte dei Cappuccini y su iglesia son muy buenas desde el puente.
Qué ver en los alrededores de Túrin
Ahora vamos a desplazarnos, a recurrir al transporte público o al coche para llegar a algunos de los lugares más atractivos que ver en Turín. Todos están lo suficientemente cerca como para que puedan formar parte de las visitas de un día en la ciudad. Solamente es cuestión de organizar para aprovechar el tiempo en Turín del mejor modo posible.
MAUTO, un fabuloso museo que ver en Turín
Personalmente creo que este museo es uno de los lugares imprescindibles que ver en Turín. Y no solamente si te gustan los coches. La exposición del Museo Nazionale dell’Automobile es tan atractiva que no creo que nadie se puede resistir a su encanto.
El museo es un viaje por la historia del automóvil. Un recorrido desde sus orígenes hasta el día de hoy, sin olvidar prototipos de los coches que podrán llegar en un futuro. Las salas durante todo el recorrido están ambientadas acorde a la época en la que circularon por las calles de las ciudades los coches que en ellas se exponen. Se recrean calles, ambientes playeros, hippies y de película. No hay tiempo para el aburrimiento en este museo.
Este museo está a 5 kilómetros del centro de Turín, en el barrio de Lingotto. Se puede ir en metro o autobús. Y ya que se está allí, merece la pena hacer una parada en el Edificio Lingotto para recorrer el circuito de pruebas automovilísticas de su azotea, convertido ahora en un jardín colgante.
Castillo de Moncalieri
Este municipio de Turín está a 9 kilómetros al sur de la capital piamontesa. La forma más sencilla para llegar hasta allí es en tren desde la estación de Porta Sousa. Una vez en Moncalieri, hay que atravesar el centro histórico para llegar al castillo que fue también una de las residencias de los Saboya. Las mayoría de las habitaciones que se visitan pertenecieron a María Clotilde de Saboya y su hija, María Leticia Bonaparte. Actualmente es castillo es la sede del 1º Batallón de Carabinieri “Piemonte”.
Aprovechando que se visita esta localidad, merece la pena dar un paseo por su centro histórico. En en él donde en Navidad tiene lugar uno de los vídeo mapping más bonitos que podáis imaginar.
Venaria Reale, un gran palacio que ver en Turín
Esta es una de las más atractivas residencias de los Saboya. Esas que han hecho que Turín forme parte del Patrimonio de la Humanidad. Se encuentra a unos 10 kilómetros al noroeste de la ciudad y se puede llegar a ella en transporte público.
El conjunto palaciego está formado por un verdadero laberinto de salas entre las que destaca sin duda la hipnótica Galería Grande. Es obra de Juvarra, al igual que las caballerizas y la Capilla de Sant’Uberto. Los jardines de 60 hectáreas son otro de los grandes atractivos de este palacio. Nosotros los vimos cubiertos de nieve, y no ofrecían la mejor estampa. Seguro que en primavera, con sus parterres y rosaledas cubiertos de flores están espectaculares.
Castello della Mandria
Para llegar a esta singular residencia, se puede utilizar el mismo transporte que para llegar a Venaria Reale. El Castello della Mandria está en corazón del parque del mismo nombre. Rodeado de bosques, era aquí donde Vittorio Emanuele II disfrutaba de la vida familiar. Pero no con su esposa. El rey construyó este “pequeño” palacio para su amante, Rosa Vercellana, madre de dos de sus hijos.
No era por tanto una residencia real, y eso se nota en sus estancias. A pesar de la elegancia de todas ellas, en este castillo uno siente que está en una casa. Por los muebles, el tamaño de las habitaciones o los objetos que las decoran. Hasta la altura de los techos es menor que en otros palacios. Una visita interesante a uno de los palacios que ver en Turín.
Basílica di Superga
A 9 kilómetros del centro de Turín se encuentra esta basílica, en cuya cripta están las tumbas de los Saboya. Se puede llegar hasta ella en coche, en un romántico tranvía cremallera o, por supuesto en coche (hay un gran aparcamiento gratuito). Este templo precedido por una escalinata y un pórtico, está considerado una de las obras maestras de Juvarra.
El acceso a la iglesia es gratuito. En verano se permite el acceso a la cúpula, desde la que al parecer hay unas preciosas vistas. Durante todo el año se realizan visitas guiadas (entrada de pago) a la cripta barroca, y aunque son en italiano, entregan a los que no hablan italiano unos folios en varios idiomas con todas las explicaciones. Reyes y sus esposas, una sala dedicada a los infantes y otra a las reinas. En esta última hay delicadas esculturas.
En esta sala descansan los restos de María Victoria dal Pozzo della Cisterna, esposa de Amadeo de Saboya, reina consorte de España y duquesa de Aosta. Era un personaje muy querido en España, tal y como demuestra la urna con flores secas que mandaron “las lavanderas de Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante, Tarragona, a tan virtuosa Señora“.
Qué ver en Turín en un día
Si solamente vas a estar un día en la ciudad, tendrás que ser muy selectivo con los lugares que ver en Turín. Puede que tengas mucho interés en visitar algún museo. Pero de no ser así, yo te aconsejo que te olvides de ellos y te centres en recorrer el centro histórico. Está lleno de calles preciosas, plazas y atractivos edificios. Organiza tu ruta de modo que puedas sacar el máximo partido a tu breve estancia en la ciudad.
Ruta por Turín para hacer en un día
Yo personalmente prepararía un paseo para ver los lugares que son gratuitos mientras disfruto de la ciudad. Estos son los lugares que para mí podrían forman parte de una buena ruta por los lugares que ver en Turín en un día.
- La Piazza Castello es un lugar que ver en Turín de forma inexcusable. Una parada para admirar las fachadas del Palacio Real (con tiempo, se puede dar un paseo por jardines) y el Palacio Madama antes de entrar en la Iglesia de San Lorenzo.
- El Duomo está cerca y ya que dentro se encuentra la Sábana Santa, pues hay que hacer una parada.
- Se puede continuar hacia el Quadrilatero Romano, para ver la Porta Palatina y caminar hasta Santuario della Consolata. Si se tiene tiempo y ganas, no está de más tomar el típico bicerin en el café que le dio nombre.
- Hay que callejear a continuación hacia Piazza San Carlo para admirar uno de los espacios más elegantes de la ciudad. Se deja la plaza por Via Roma en dirección al Palacio Carignano y las plazas que lo rodean. Muy cerca está una de las galerías comerciales Turín: la Subalpina.
- Nunca está de más un paseo bajo los soportales de Via Po. Desde ella hay que caminar pocos metros para llegar a la Mole Antonelliana antes de seguir ruta hacia el río Po, pasando por la enorme Piazza Vittorio Veneto.
- Es el momento de cruzar el río para llegar a la Iglesia de la Gran Madre di Dio, y a su derecha, la calle que hay que tomar para subir hacia Monte dei Cappuccini con su fantástico mirador antes de regresar al centro cruzando de nuevo el río por el Ponte Umberto I.
Qué hacer en Turín (10 cosas que no te puedes perder)
Ahora que ya sabes los lugares que ver en Turín e incluso como comprimirlos en un día, te animo a apuntar también estas cosas que hacer en la capital del Piamonte. Algunas están relacionadas con lugares que visitar, por lo que matarás dos pájaros de un tiro.
Tomar un expreso
Si te gusta el café, tienes que tomar un expreso en la ciudad en la que se inventó esa máquina que ahora no falta en ningún bar. La creó Angelo Moriondo, un vecino de la ciudad cuya familia tenía un bar cerca de la estación de tren. Su idea era poder preparar varios cafés a la vez para que así sus clientes no tuvieran que esperar y pudieran llegar siempre a tiempo a coger el tren expreso hacia su destino.
Relájarse en un parque
Esto es algo muy fácil que hacer en Turín ya que esta ciudad es la que tiene más parques públicos de Italia. Si estás cansado, quieres hacer un picnic o sencillamente, dar un paseo por una zona verde, en la capital de Piamonte será muy sencillo.
Apúntarse a un free tour
La mejor forma de conocer de forma general la preciosa Turín es con alguno de los muchos tours que tienen lugar cada día en la ciudad. Yo os recomiendo sumaros a un free tour, sobre todo si vais a pasar poco tiempo en la ciudad. En pocas horas haréis un recorrido bastante amplio por los lugares más importantes de la ciudad mientras un guía experimentado os descubre la historia y los secretos de la ciudad. Puedes reservar directamente en el siguiente enlace: Free tour por Turín.
Contemplar la ciudad desde las alturas
Si los lugares que ver en Turín a pie de calle son siempre atractivos, ver la ciudad desde las alturas es algo que no os podéis perder. Aunque haya que pagar entrada, merece la pena subir a la torre del Palazzo Madama. Supongo que ver Turín desde la Mole Antonelliana también debe ser estupendo, pero yo me lo perdí porque el ascensor que sube al mirador estaba en obras. Si preferís ahorraros esos euros, recordar que el mirador de Monte dei Cappuccini regala también unas preciosas vistas de la ciudad.
El vermut, algo (casi) obligatorio que hacer en Turín
Otra de las cosas que se inventaron en Turín y que son ya un clásico internacional es el vermut. Al contrario que en España, en Italia esta bebida se toma antes de la cena, se supone para abrir el apetito. Pero lo más probable es que sea porque está muy bueno y un buen vermut sienta siempre bien. Un buen lugar para disfrutar de uno es Il Circolo dei lettori, muy cerca de Piazza Carlo Alberto, en un edificio histórico de la ciudad.
Comprar chocolate
Turín tiene fama en Italia por la calidad de pasteleros y reposteros. También por su chocolate. Seguro que en más de un escaparate veis los gianduiotto, un delicioso chocolate con forma de barco envuelto en papel dorado. Fue inventado en Turín en el siglo XIX y es uno de los recuerdos más típicos de la ciudad. Así que si quieres endulzar la vida de alguien a tu regreso de la ciudad italiana, ya sabes lo que tiene que comprar. Compres o no, curiosea en Stratta, una fabulosa pastelería que se cuenta entre las más antiguas que ver en Turín.
No perderse la hora del aperitivo
Esta costumbre tan italiana está muy arraigada en Turín. Son muchos los locales que ofrecen entre las 19:00 y las 22:00 (aproximadamente) un aperitivo que perfectamente puede ser una cena. Tú pagas la bebida y ellos ponen barra libre de comida. Hay algunos locales muy baratos y la calidad es más baja. Pero en otros, por un precio bastante adecuado, comes rico y en cantidad. Para ello, te recomiendo los locales de Piazza Vittorio Veneto.
Merendar en un café histórico
La capital piamontesa tiene tantos cafés históricos que cuanta hasta con una ruta para recorrerlos. Estás repartidos por el centro de la ciudad, y varios de ellos cuentan con bastante más de un siglo de historia. Desayunar, comer, merendar o cenar en ellos no es barato. Pero disfrutar de ese ambiente único que se respira en su interior, yo creo que merece la pena. Si tenéis dudas por cual decidiros, yo os recomiendo Baratti&MIlano, Caffè Mulassano o, por supuesto, Al Bicerin. Eso si, en tiempo de Navidad no dejéis de pedir una porción de panettone. En Turín los hacen riquísimos.
Visitar de las residencias saboyanas que ver en Turín
En la región de Piamonte hay nada menos que 16 residencias de los Saboya. Todas ellas son Patrimonio de la Humanidad, así que no te puedes ir sin ver la menos, una de ellas, pues forman parte de los imprescindibles que ver en Turín. Dentro de la ciudad, os recomendaría el Palacio Real. Y en los alrededores, sin duda Venaria Reale.
Montar en tranvía
El transporte público en Turín lo componen autobuses, el metro y el tranvía. Este último tiene una flota variopinta. Hay tranvías modernos, amplios y cómodos. Y otros que han hecho muchos kilómetros sobre las vías que recorren las calles de la ciudad. Os recomiendo subir a uno de estos últimos. El viaje puede ser toda una aventura. Sin calefacción, sin aire acondicionado y con el riesgo de que en cualquier momento se pueda estropear (lo he vivido en mis propias carnes) y dejarte tirado. A pesar de todo, su encanto es innegable.