7 residencias de los Saboya que no te puedes perder en Turín

por Cristina Monsalvo
Residencias de los Saboya, Venaria reale

Hablar de Túrin es hablar de los Saboya. Condes, duques y reyes de Sicilia, Cerdeña y Piamonte. Fueron también reyes de Italia desde 1861, fecha de la unificación del país, hasta 1946, año en el que Italia decidió mediante referéndum el final de la monarquía. Turín se convirtió en 1563 en la nueva capital del Ducado de Saboya (antes estaba en Chambéry, en el departamento francés de Saboya, fronterizo con Italia) y en ella se construyeron un buen número de las residencias de los Saboya que actualmente se pueden visitar en la ciudad.

Residencias de los Saboya, Patrimonio de la Humanidad

Turín presume y con razón de las residencias de los Saboya. Y no le falta razón, ya que desde 1997, esas residencias forman parte de la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Son nada menos que 22 las residencias de esa lista que fueron construidas como lugares de esparcimiento o con fines administrativos por los Saboya. Hay entre ellas grandes palacios y también “pequeñas” villas. La mitad de ellas se encuentran en la propia ciudad o muy cerca de la misma. El resto están repartidas por la región de Piamonte.

Visitar estas residencias lleva su tiempo. Algunos complejos palaciegos son de gran tamaño. Y aunque no se pueda visitar todo el interior, si se requiere de varias horas para conocer las salas abiertas, las exposiciones que hay en ellas e incluso, si el tiempo lo permite, dar una vuelta por los jardines que suelen rodear a estas residencias de los Saboya.

Elegir cuales de estos palacios y villas visitar depende sobre todo del tiempo y del interés de cada viajero. Algunos se conformarán con ver el exterior de algunas de ellos y otros estarán encantados de pasear por esas salas en las que los Saboya nacieron, gobernaron y vivieron. Yo os voy a hablar de siete de esas residencias, las que nosotros visitamos después de decidir que ver en Turín y de ir encajando cada lugar a visitar por ubicación, horarios y días de apertura.

Recordad que el acceso a todas estas residencias de los Saboya de las que voy a hablar está incluido en la Torino Card. La tarjeta turística de la capital de Piamonte que sale muy a cuenta adquirir (puedes comprarla en el siguiente enlace: Torino + Piemonte Card.

Palazzo Reale, una de las grandes residencias de los Saboya

Este gran palacio en el corazón de Turín fue la residencia real de los Saboya hasta 1865, año en el que Victor Manuel II trasladó la corte de la capital de Piamonte a Florencia.

El palacio real de Turín fue mandado construir por Carlos Manuel II a principios del siglo XVII, pocos años después de que la capital del Ducado de los Saboya se instalara en Piamonte. La planta de este imponente palacio es cuadrangular, estando las estancias dispuestas en torno a un patio central, al fondo del cual una reja da acceso a los jardines reales. Tanto estos últimos como los patios del palacio son acceso gratuito.

El primero de esos patios está separado de la gran Piazza Castello por una cancela sobre la que se alzan las estatuas ecuestres de Cástor y Pólux, símbolo del amor fraternal en la mitología griega. Al fondo de ese patio, tras cruzar la puerta de acceso al segundo patio, están las taquillas. Una vez que se tiene la entrada, se accede al interior del palacio por la escalera de honor. Es sin duda uno de los lugares más bellos de las residencias de los Saboya, tanto por la arquitectura como por la decoración.

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En lo alto de la escalinata, una puerta da acceso a las estancias abiertas al público. Salones, comedores, dormitorios. Una tras otras las habitaciones se van sucediendo, todas ellas con una decoración barroca que puede resultar excesiva pero que sin duda es todo lo que uno puede imaginar en el interior de cualquier palacio del Ducado de Saboya.

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Entre las habitaciones más atractivas, algunas con vistas a los jardines, se cuentan la sala china (¿qué palacio europeo que se precie no tiene una sala decorada de arriba a abajo con motivos chinos?), el salón que aloja la armería real, la sala del trono y el delicado salón de baile rodeado de espejos (no falta ni un altillo para los músicos).

Otro de los lugares a los que se accede con la entrada al Palacio Real de Turín es la Capilla de la Síndone. Se trata del lugar levantado para custodiar la Sábana Santa bajo la impresionante cúpula diseñada por Guarino Guarini. La capilla se incendió en 1997, y 21 años más tarde, tras una cuidada restauración, volvió a abrir sus puertas. Eso sí, ahora la Sábana Santa ahora se guarda en otra capilla de la Catedral de Turín, al fondo de la nave lateral izquierda.

Palazzo Madama, un palacio con vistas

En un lateral de la Piazza Castello, a pocos metros del anterior palacio, se puede visitar otra de las residencias de los Saboya en Turín. Este palacio ocupa el lugar en el que estuvo una de las puertas de la ciudad romana de Augusta Taurinorum y sobre la que se levantó un castillo en la Edad Media. El actual palacio debe su nombre a Madame Royale Cristina de Francia, esposa de Víctor Amadeo I de Saboya.

Las salas de esta residencia real construida en el siglo XVII se han convertido en el Museo de Arte Antiguo de Turín. Repartidas por los distintos niveles del palacio (accesibles por escaleras y ascensor) se encuentran las colecciones de arte medieval, gótico, renacentista y barroco. También hay una amplia colección de artes decorativas.

Recorrer el museo permite al visitante contemplar distintas salas palaciegas, en una de las cuales estuvo la primera sede del Senado Subalpino. Hay también un pequeño jardín con plantas medicinales en lo que fue el antiguo foso y un maravilloso mirador en una de las antiguas torres del castillo. Solamente por disfrutar de esas vistas, os aseguro que merece la pena entrar al palacio.

Otra de las razones de peso para entrar al Palazzo Madama es subir por la impresionante escalera barroca obra de Juvarra, uno de los grandes arquitectos ligados para siempre a la ciudad de Turín.

Palazzo Carignano y los apartamentos de los príncipes

Puede que esta sea una de las residencias de los Saboya menos conocidas de Turín. Y eso que este gran palacio es arquitectónicamente uno de los más atractivos de la ciudad. Realmente esta residencia son dos palacios en uno. Por una lado encontramos el palacio original diseñado en el siglo XVII por Guarino Guarini (sí, el de la Capilla de la Síndone). Este edificio, de líneas sinuosas y ladrillo, abre sus puertas a la plaza con la que comparte nombre.

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Una vez que se atraviesa la puerta por la que antaño pasaban los carruajes, se llega un espacio abierto tras el que se abre un patio. Un patio que fue un jardín, el del palacio, que ocupaba toda la parte posterior del mismo. Es decir, el terreno en el que hoy están la otra parte del Palazzo Carignano y la Piazza Carlo Alberto (una de las plazas más bonitas de Turín) hasta el edificio de la Biblioteca Universitaria de Turín.

En ese patio es muy fácil descubrir que parte del palacio pertenece al edificio diseñado por Guarini, y que parte se construyó en el siglo XIX, cuando se decidió ampliar el palacio al haber pasado a albergar el Parlamento Subalpino. Basta mirar las paredes laterales para ver el cambio de color en los materiales, y comprobar, por las irregularidades, que el trabajo en los detalles decorativos de los ladrillos del siglo XVII era manual, mientras que un par de siglos más tarde, ya se recurría al trabajo industrual y los moldes para la elaboración de ladrillos.

La parte nueva del palacio se abre a la Piazza Carlo Alberto, y la fachada no tiene nada que ver con la que se ve en la Piazza Carignano. Podría pertenecer, con su estilo ecléctico y su piedra blanca a otro palacio. Al entrar al palacio por esta fachada, enseguida encontramos, a la izquierda, la escalera que lleva al Museo Nazionale del Risorgimento Italiano y que ocupa la planta noble del palacio.

En la parte más antigua del palacio, en la planta baja, se pueden visitar los Apartamentos de los Príncipes. Las visitas son siempre guiadas en italiano y permiten entrar en unas pocas estancias abiertas al público. No queda nada del mobiliario original del palacio en el que nacieron Carlos Alberto y Vittorio Manuel II, pero si se conservan los espejos, las pinturas y la decoración a base de madera dorada.

La visita también permite subir por las fabulosas escaleras que ascienden por el interior de la ondulante fachada y que tienen una curiosidad: en un tramo los peldaños son cóncavos y en el siguiente, convexos.

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Villa della Regina, una de las residencias más bellas de los Saboya

Si estás en el centro de Turín, solamente tendrás que cruzar el río Po por el puente Vittorio Emanuel I y caminar unos minutos para llegar a una de las más bellas residencias de los Saboya: Villa della Regina. Se trata de una villa construida en el siglo XVII en la colina de Turín. Lo que hace que desde sus ventanas y jardines se consigan unas vistas envidables.

Además de ser una de las residencias palaciegas favoritas de Anna de Orleans, esposa de Vittorio Amadeo II, este palacio destaca por sus jardines con grutas y juegos de agua, así como por los viñedos urbanos que la rodean. Algo así como los famosos viñedos de Grinzing, en Viena, o el pequeño y coquedo viñedo que ver en Montmartre.

Tras ser colegio para hijas de militares y ser bombardeada durante la II Guerra Mundial, la residencia abandonada. Estaba muy deteriorada cuando en 1994 se comenzaron las labores de restauración que permitieron abrir esta magnífica villa en 2006.

Ahora se pueden visitar los jardines de Villa della Regina (nosotros nos quedamos con las ganas, la nieve cubrió la ciudad un par de días antes y todos los jardines estaban cerrados) y deambular por las estancias del palacio. Cuenta esta residencia con varias salas decoradas con motivos chinos y un magnífico salón diseñado por Juvarra en el centro del edificio.

Castello de la Mandria, un auténtico nido de amor

En el corazón del Parque La Mandria se encuentra una de las residencias más peculiares de los Saboya. Rodeado de bosques y prados, el Castello de la Mandria fue la residencia preferida del primer rey de Italia, Vittorio Emanuele II. Era aquí donde el monarca se olvidaba de la corte y disfrutaba de la vida familiar.

Pero no una vida familiar convencional. Porque este castillo no lo compartió con su esposa, María Adelaida de Austria, ni con sus ocho hijos en común. El Castello della Mandria fue el nido de amor que el rey construyó para Rosa Vercellana, su amante y madre de dos de sus hijos. Parece que fue el gran amor de Vittorio Emanuele II. Y a pesar del escándalo que ello suposo en la sociedad de la época, el rey se trasladó a vivir a La Mandria con Rosa, y se casó con ella en una ceremonia religiosa. Aunque su matrimonio fue morganático y Rosa Vercellana nunca heredó ningún título.

Visitar esta residencia es como curiosear en la vida de la pareja. Las distintas estancias están decoradas con muebles, cuadros, alfombras y otros objetos originales que el rey eligió para el castillo. Es fácil imaginar la vida de Rosa y Vittorio Emanuel en esas amplias estancias con chimeneas y grandes ventanas al parque, en el que las delicadas telas cubrían las paredes y los techos tenían una altura menor que en cualquiera otra de las residencias de los Saboya. Y es que este lugar era una casa, no un palacio lleno de cortesanos y sirvientes.

residencias de los Saboya

Venaria Reale, barroco en las residencias de los Saboya

A 10 kilómetros del centro de Turín se encuentra una de las grandes residencias de los Saboya. Un verdadero laberinto de salas repartidas por distintos pabellones cuyas ventanas se abren a unos jardines de 60 hectáreas en los que faltan parterres, rosaledas y fuentes. Por no faltar, no falta ni un canal de agua que recuerda al que se puede ver en los jardines de Versalles.

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La visita al palacio de Venaria Reale comienza en el sótano. Las salas que antaño estuvieron ocupadas por la corte alojan ahora un museo en el que se repasa la historia de los Saboya y la evolución de Venaria Reale, con algunas maquetas que ayudan a comprender la organización del palacio y sus jardines.

En el piano nobile se encuentran algunas de las salas más representativas del barroco a nivel mundial. El recorrido atraviesa salones y habitaciones que ocuparon duques y reyes. Se puede acceder a la Capilla de Sant’Uberto y atravesar la Galería Grande. Ambas son obras de Juvarra, y esta última es sin duda una de las salas palaciegas más bellas de Europa. Si además tenéis la suerte de verla vacía, os aseguro que la sensación de estar allí, sobre ese suelo con diseño de damero (es nuevo, el original quedó destruido durante la ocupación francesa), no se os olvidará.

Residencias de los Saboya, Venaria reale

No hay que olvidar la visita Caballerizas Juvarrianas, último espacio que se visita en la Reggia di Venaria Reale. Dentro de esa imponente y sobria sala barroca se puede ver el Bucintoro, una embarcación encargada a los venecianos y de la que no queda otra original en el mundo.

Castillo de Moncalieri, de fortaleza a palacio

La última de las residencias de los Saboya de las que os voy a hablar en este post está en Moncalieri. El municipio con más población en Piamonte después de la capital. Es en esa localidad donde se encuentra el castillo de Moncalieri, una estructura que se levanta sobre lo que fue una fortaleza medieval destinada a controlar la entrada sur de Turín.

Residencias de los Saboya

Este castillo, sede del 1º Batallón de Carabinieri “Piemonte”, fue la residencia preferida de algunos de los Saboya. Por ejemplo de Vittorio Amadeo III, uno de los monarcas que continuó con la ampliación del castillo y el embellecimiento del mismo.

Rodeado de un jardín de estilo inglés, la visita al interior de este castillo permite recorrer los aposentos que habitaron la princesa María Clotilde de Saboya y su hija, María Leticia Bonaparte. Esta última ocupaba las habitaciones de la planta baja del palacio. Están decorados con detalles muy femeninos, con muchas flores y colores suaves. Su madre vivía en el piso superior, en estancias más amplias que las de su hija y también más sobrias, más oscuras, pero no por ello menos elegantes. Una de las curiosidades que se pueden ver durante la visita es el ascensor que la princesa hizo instalar para evitar subir y bajar las escaleras que la separaban de la residencia de su hija.

Residencias de los Saboya

Hay que recordar que esta residencia era un lugar de vacaciones, por lo que la decoración de las salas que ocuparon los monarcas de la casa Saboya, así como la escalera de honor, no tienen la magnificencia, por ejemplo, del Palacio Real de Turín.

Residencias de los Saboya: horarios y precios

Todos los palacios y villas ofrecen entrada gratuita a los poseedores de la Torino Card.

Palacio Real de Turín

El Palacio Real abre de martes a domingo de 9:00 a 19:00 horas. La taquilla cierra una hora antes.

El precio de la entrada general es de 15 €.

Palazzo Madama

Abierto de miércoles a lunes a 10:00 a 18:00 horas (la taquilla cierra una hora antes).

Las entradas para esta residencia es de 10 €.

Apartamentos de los príncipes en el Palazzo Carignano

Las visitas son siempre guiadas y es conveniente hacer reserva previa. El palacio está abierto de 10:00 a 18:00 (excepto martes.

La entrada, incluido el guía, tiene un precio de 5 €.

Museo Nazionale del Risorgimento Italiano, Palazzo Carignano

El museo está abierto de martes a domingo de 10:00 a 18:00. La duración mínima del recorrido por el museo es de unos 45 minutos.  La entrada cuesta 10 € (aunque hay descuentos para algunos colectivos).

Villa della Regina

Abierto de martes a domingo de 9:00 a 17:00 horas. Para grupos de más de 10 personas se requiere reserva previa. El precio general de la entrada es de 7 €, los visitantes entre 18 y 25 años pagan 2 €.

Castello della Mandria

Este castillo abre de martes a domingo de 10:00 a 16:00 horas. La entrada solamente para este castillo tiene un precio de 8 €. Pero hay otra opción en la que se combina la entrada al Castello della Mandria con la entrada a Venaria Reale y sus jardines. El precio es de 16 €.

Venaria Reale

Tanto los jardines como el palacio cierran los lunes. Los fines de semana y festivos abren de 9:00 a 18:30 horas. El resto de la semana, de las 9:30 a las 17:00 horas.

Castillo de Moncalieri

Las visitas a este castillo piamontés son siempre guiadas (hay que hacer reserva previa). Se realizan cada hora de viernes a domingo entre las 10:00 y las 18:00 horas. El precio de la entrada es de 7 €.

Cómo llegar a las residencias de los Saboya

Partimos de que ya estamos en Turín. Y es desde el centro de esta ciudad desde donde queremos ir a cada una de las residencias de los Saboya. Llegar a algunas es muy sencillo, basta caminar o recorrer al transporte público de la ciudad. En otros casos la cosa se complica un poquito más y contar con transporte propio facilita sin duda llegar a cada uno de esos palacios o villas.

Palazzo Reale, Palazzo Madama y Palazzo Carignano.

La ubicación de estas residencias de los Saboya hace que sea sencillo llegar caminando hasta ellas. Aquellos que estén más lejos del centro y quieran recurrir al transporte público, los tranvías 7, 13 y 15 paran a pocos metros del palacio. También los autobuses de las línea 4 paran en las inmediaciones de Piazza Castello. Desde allí se llega caminando en pocos minutos a cualquiera de los tres palacios.

Si se llega en tren a Turín, la estación de Porta Nuova está a 15 minutos a pie del Palacio Real. Desde Porta Sousa habrá que caminar cinco minutos más.

Villa della Regina

Se puede acceder a esta villa caminando desde la Piazza Vittorio Veneto. El paseo es de unos 25 minutos, aunque es cierto que hay alguna cuesta. Si alguno prefiere la comodidad del transporte público, una vez que se cruza el Po desde la plaza que os he dicho, hay que buscar en la  Piazza Gran Madre di Dio la parada de los autobuses 53, 56 y 66 que suben hasta la entrada a los jardines de la residencia.

Venaria Reale y Castello della Mandria

Tener vehículo para llegar a estas dos residencias facilita el traslado desde la ciudad. Para aquellos que no tengan que recurrir al transporte público, la forma de ir a Venaria Reale son los autobuses Venaria Express. Es un servicio que une el centro de Turín (tiene paradas en Piazza Vittorio Veneto y en Piazza Castello) con el palacio de Venaria Reale y el castillo de la Mandria. Puedes consultar toda la información (tarifas, paradas, horarios) en el siguiente enlace: Venaria Express.

Castello de Moncalieri

La forma más sencilla de llegar a Moncalieri desde Turín es el tren. Desde la estación de Torino Lingotto salen trenes hacia Moncalieri cada 12 minutos. El tiempo del viaje es de apenas 5 minutos. Una vez en la estación de destino hay que caminar unos 10 minutos atravesando el centro histórico para llegar al castillo.

Aquellos que lleguen a Moncalieri en coche, debéis saber que toda la zona que rodea el castillo y gran parte de las calles cercanas son de aparcamiento regulado y de pago.

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