Cuando comencé a buscar hoteles para dormir en Narbona no tardé mucho en darme cuenta que los alojamientos con encanto escasean en la ciudad. Hasta hace poco Narbona no estaba en el mapa de muchos viajeros. Algo que sin duda ha hecho que la cantidad de establecimientos hoteleros sea limitada. Apenas un puñado de ellos se encuentran en el centro histórico. Y de entre todos pocos tienen ese encanto que busco cuando salgo de viaje. A mi me gustan los hoteles pequeños, con estilo y con una buena ubicación. Así dicho no parece mucho, pero en Narbona juntar estas tres cosas es más complicado de lo que parece.
Dónde dormir en Narbona
Durante nuestra estancia en Narbona nos hemos alojado en dos hoteles distintos. Cada uno de ellos me ha gustado por distintas razones. Si bien el Hotel La Residence es lo más aproximado al tipo hoteles que a mi gustan, el Zenitude Hôtel Résidences me ganó con la amabilidad de su personal y unas tarifas muy ajustadas. Os voy a contar mi experiencia en cada uno de ellos.
Zenitude Hôtel Résidences
Al viajar a Narbona, la primera noche en la ciudad la pasamos en este hotel. En realidad yo lo denominaría aparthotel ya que todas las habitaciones cuentan con una pequeña cocina independiente. Nosotros nos alojamos en el cuarto piso, en la habitación 403. Sobre el plano vimos que al menos en esa parte del hotel cada habitación era distinta al resto y todas de similar tamaño. La nuestra no era pequeña, pero resultaba incómoda por la disposición de las puertas y los muebles. Para que os hagáis idea, entre la pared y la cama habían encajado un escritorio enorme y apenas quedaba sitio para pasar entre ambos.
Todo es muy funcional en este hotel. Un establecimiento sin más pretensiones que ofrecer un sitio limpio y cómodo a los huéspedes. Lo primero la verdad es que lo consiguen. Lo segundo, al menos en nuestro caso, no tanto.
Nuestra habitación contaba con una pequeña cocina equipada con fregadero, vitrocerámica, nevera, microondas, campana extractora y hasta un pequeño lavavajillas. No faltaban tampoco vajilla y diferentes utensilios para cocinas. Allí mismo había una mesita con dos sillas. A continuación estaba el dormitorio. Una cama bastante grande, el enorme escritorio y un armario dentro del cual se ocultaba el calentador eléctrico de agua. Eso apenas dejaba sitio para colgar la ropa en el armario.
En cuanto al baño, en comparación con el resto de la estancia me pareció incluso grande. Sin ningún encanto, pero cómodo. No faltaba el secador de pelo ni dosificadores de jabón en el lavabo y la ducha.
Lo mejor del Zenitude Hôtel
- Buena iluminación, tanto natural como artificial, con distintas lámparas repartidas por la habitación.
- Varios tipos de almohadas.
- Ubicación, a 10 minutos del Canal de la Robine y del tren.
- Wifi en todo el hotel.
- El personal habla español, y además son muy amables y simpáticos.
- El detalle de dejar agua de cortesía y caramelos.
- Desayuno bastante variado y buen café a un precio correcto (9 euros).
No me gustó en el Zenitude Hôtel
- La cama parecía cómoda, pero cada vez que te movías sonaba por todas partes.
- El salón de desayunos parecía más el comedor de un colegio, demasiado funcional.
- Mal aislamiento lumínico.
- Gestión del espacio en la habitación, realmente incómoda.
Tarifas
- Las tarifas de este hotel oscilan entre los 53 € de una habitación doble y los 140 de un apartamento para seis personas.
- Hay que sumar 1,5 € del impuesto turístico por persona y noche.
El Zenitude Hôtel es un establecimiento grande y sin duda perfecto para grupos grandes de viajeros.
Hotel La Résidence
Este hotel boutique de 3 estrellas ocupa un edificio del siglo XIX. En él se encuentran parte de las habitaciones, la recepción, el salón de desayunos y una coqueta sala de estar a disposición de los clientes que funciona también como vinoteca. En este edificio está la escalera y el ascensor que llevan a los pisos superiores y a las habitaciones que allí se encuentran. Al edificio principal se han añadido varios anexos. Con ellos han podido ampliar el número de habitaciones y añadir un parking privado a los servicios del establecimiento.
Nosotros estuvimos alojados en la habitación 7, una de las más pequeñas. Estaba en la planta baja, unas escaleras por debajo del edificio principal pero siempre manteniendo un aspecto de continuidad y el mismo estilo decorativo. Teníamos una ventana a la calle con cortinas semi opacas y contraventanas exteriores de madera. Gracias a ello el aislamiento lumínico, algo que a mi me parece fundamental, era perfecto.
Nuestra habitación, algo justa de espacio, estaba decorada en tonos blancos, grises y amarillos. Contaba con una cama con un cabecero clásico, dos mesitas de noche, un escritorio, armario y nevera. Ésta contenía agua, cerveza, vino y algunos refrescos. Todo ello, incluso el agua, de pago. También había una TV en la que no conseguimos encontrar un solo canal español. Todas las habitaciones tienen aire acondicionado y servicio de té y café.
En cuanto al baño, también era pequeño. En él predominaban los tonos azules, tenía ducha y ningún lugar para dejar los productos de aseo. Un poco complicado organizar las cosas sin contar tan siquiera con una balda en la que dejarlas.
El hotel me gustó y resultó acogedor, estuvo cerca de mis expectativas, aunque le falta algún detalle para ser perfecto.
Lo mejor del Hotel La Résidence
- Diferentes tipos de almohadas.
- Varios puntos de luz perfectos para leer o iluminar toda la estancia.
- Buen aislamiento lumínico.
- Decoración sencilla pero cuidada y con encanto.
- Ubicación, a cinco minutos de los lugares que ver en Narbonne y 10 minutos de la estación de tren.
- Wifi en todo el hotel.
- Los jabones del baño, me encantó su aroma y los tienen a la venta.
- La amabilidad del personal.
No me gustó en el Hôtel La Résidence
- Cama pequeña, estoy acostumbrada a dormir en un cama mayor y no me resultó cómoda.
- No ofrecen agua de cortesía.
- Baño incómodo.
- No se podían cerrar ni la puerta del baño ni la que separa la entrada del dormitorio, no encajaban y siempre estaban más o menos abiertas.
- Desayuno caro (12,50 euros).
- La limpieza, a primera vista está bien. Pero cuando te fijas en detalles (lámpara del techo) ves que llevan tiempo sin pasar por ella un plumero. Son detalles en los que me suelo fijar y que a muchos les son indiferentes.
Tarifas
- Los precios del Hôtel La Résidence oscilan entre los 70 y los 155 € dependiendo de la temporada y del número de huéspedes.
- Si se viaja con coche, el parking tiene un precio de 9 € por día.
- A esto hay que sumar la tasa turística de 1,5 € por persona y día.
Si regresara a Narbona y sabiendo lo que sé sobre donde dormir en Narbona, creo que volvería a alojarme en el Hôtel La Résidence. Elegiría una habitación superior para tener una cama más grande, pero su encanto y cercanía a los lugares que ver en Narbona y a varios restaurantes le hacen un lugar a tener en cuenta si no te importa gastarte un poco más.
8 comentarios
La verdad que como bien dices, nosotros no lo tenemos en el mapa de viajes. Pero la realidad es que nunca se sabe. Me parece genial que en la habitación contarais con una pequeña cocina. A nosotros viajando en familia, muchas veces esos detalles nos salvan a la hora de comer/cenar. Gracias por la info. Saludos 🙂
Supongo que la viajar con niños el tener un lugar en el que calentar algún puré o tener yogures en frío debe venir más que bien 🙂
Hola Kris!!
La verdad es que nunca habíamos pensado en ir a Narbona, pero después de tantas fotos de comida deliciosa que hemos visto en redes, algún día caerá.
Si tuviera que elegir entre ambos hoteles, lo tendría difícil! Que estén cerca del centro es primordial, y eso lo cumplen ambos. Después, teniendo en cuenta lo que cuentas sobre limpieza, precio y desayuno, creo que nos quedaríamos con el Zenitude, el primero. Además, la idea de la cocinita es ideal para ahorrar un poco, al poderse cenar “en casa”.
Por cierto, lo de la variedad de almohadas en ambos me ha conquistado 😍 Ahora quiero ir a un hotel que lo ofrezca, porque suena genial!
Un beso!
Ambos hoteles son buenas opciones, ya sabes que a mi me gustan más “cuquis” y por eso me decantaría por La Résidence. El trato en ambos es genial, y lo de las almohadas para mi es cada vez más importante. No hay nada pero que pasar una noche con una almohada que no se adapta a tu gusto bajo la cabeza. 🙂
Las 4 veces que habré pasado por allí, ni hemos intentado una paradita, pero habrá que pensárselo la próxima vez.
Igual a la quinta…
Para nosotros que solemos sacrificar el alojamiento para compensarlo un poco y comer en restaurantes buenos cualquiera de los dos nos iría perfecto. 🙂
Como preferir estoy contigo, me quedo con el segundo que propones.
Un saludo
Ambos tienen muchas cosas buenas, pero el segundo sin duda tiene más encanto.